Friday, May 6, 2011

En el Centenario de Mahler: La Cuarta Sinfonía


Para septiembre de 1898, la renuncia de Hans Richter al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena hizo que el comité de conciertos seleccionara unánimemente a Gustav Mahler como su sucesor, aún cuando existía una preocupación popular (expresada continuamente por la prensa de la época) acerca del origen judío y checo del compositor, que lo podrían alejar de la tradición musical alemana, tópico que fue fácilmente superado para el final de ese mismo año ante la “defensa” excelsa de la música alemana por parte de Mahler.

Por su lado, Mahler nunca se ganó el ánimo de los músicos en las orquestas, a quienes siempre maltrató ante su afán perfeccionista y la fácil forma de evidenciar su mediocridad (alguna vez llegó al punto de expresar en la prensa que se desesperaba ante la incompetencia de diferenciar entre decrecendo y adagio por parte de los músicos). La filarmómica de Viena no fue la excepción, donde los músicos no estaba de acuerdo en las selecciones que Mahler hacía, ya que abordaba extremos: obras maestras ya muy repetidas, las cuales eran intercaldas con obras inéditas de sus contemporáneos.

Para 1899, los músicos de la filarmónica se unieron y le pidieron a Richter que regresara, algo que fue denegado por el propio director. En 1900, la posición de Mahler se vio todavía más debilitada ante la gira que realizara la orquesta en Francia, teniendo como marco la famosa exposición mundial de París, la cual fue un desastre por la falta de interés del público francés en las obras sinfónicas.

En ABR01, comenzó a mostrar los primeros síntomas de su fragilidad física, que con la década iría en serio decaimiento hasta su deceso, 10 años después. Entre su mermada salud, la doble responsabilidad en la dirección orquestal (la Casa de la Ópera y la Filarmónica de Viena) y la antipatía de los músicos en la filarmónica, Mahler tuvo que renunciar a la dirección de esta última. En su paso por esta gran orquesta, tuvo la oportunidad de dirigir 80 presentaciones durante 3 temporadas completas.

Fue durante este período de dirección en la filarmónica vienesa que la Sinfonía 4 se escribió.

Las presentaciones de las Sinfonías 3 & 4 tuvieron que ocurrir fuera de su amada Viena, razón por la cual la Sinfonía 4 incluso se adelantaría un año a su predecesora, ocurriendo en Munich el 25NOV01.

Durante el verano de 1900, mudó su lugar de composición, de una pequeña cabaña que tenía en Stainbach, adquiriendo otra en las orillas del lago Wörthersee, en Carintia, donde años más tarde construiría su famosa villa. En AGO00 terminaría la Sinfonía 4, durante los veranos de 1901 a 1905 compondría su siguiente ciclo de Sinfonías: 5, 6 & 7; además de sus Canciones a Rückert. Durante 8 intensas semanas de verano (1906) compondría su famosa Sinfonía de los Mil, la Sinfonía 8, en este mismo lugar.

La Sinfonía 4 cierra el ciclo de las Sinfonías Wünderhorn. La aseveración de que se trata de una sinfonía muy accesible está más cerca de ser cierta que de ser un mito, ya que es de las más cortas en duración (alrededor de 50 minutos, al igual que la Sinfonía 1) y ser sencilla en su composición (ni siquiera incluye trombones o tubas); como coloquialmente se dice, digerible. De hecho, una vez superado el boicot nazi durante los 30’s y 40’s, fue precisamente esta sinfonía la que le abriría las puertas a la gran audiencia.

Dada su sencillez y corta duración (en comparación con las otras sinfonías), fue la sinfonía de mayor interpretación desde los 50’s hasta los 90’s. Sin embargo, durante los últimos 15 años, la Sinfonía 1, Titán, se ha convertido en la más ejecutada por todas las orquestas del orbe.

A diferencia de las tres sinfonías anteriores, la Sinfonía 4 no presenta un programa o discurso narrativo. La intención del compositor (en sus propias palabras) fue crear una obra que cualquiera persona pudiera entender y disfrutar, es el equivalente a la intención en la música pop de la actualidad.

La obra consta de 4 movimientos y se centra en una sola canción, previamente escrita: La Vida Celestial, como parte de la colección de canciones El Cuerno Mágico de Juventud. Inicialmente tuvo la idea de que fuera un movimiento dentro de la Sinfonía 3, pero dicha intención creció hasta crear toda una sinfonía a partir de este tema musical, dejando la composición lírica como cuarto movimiento. Los movimientos son los siguientes:
I. Tomándose su Tiempo, Deliveradamente (Sonata)
II. Moviéndose Pausado, sin Prisa (Scherzo)
III. Tranquilo, poco Adagio (Adagio)
IV. Muy Agradable (Lied).

El primer movimiento está definido en un alegre Sol mayor, lo cual no es tan cierto, antes bien, evoluciona a partir de Si menor hasta alcanzar dicha tonalidad al final del movimiento, es un crecimiento en la emotividad. Se le ha dado a llamar a este fenómeno tonalidad progresiva.

Otro detalle interesante es que está especificado el primer movimiento como sonata, pero en momentos cae al esquema de una danza (algo similar ocurre con el segundo movimiento).

El primer movimiento da inicio con cascabeles navideños (jingle bells), con una entrada de las flauta que intenta sonar a cuento de hadas, mostrando la ingenuidad de las personas. Mahler le da oportunidad para lucirse al corno inglés, previo a la segunda entrada cascabelera. El cierre es interesante, desde el último cascabeleo hasta casi el cierre, una trompeta interpreta un tema totalmente diferente (el principal de la Sinfonía 5, por cierto), contrastando con lo ejecutado por el resto de orquesta (suena hasta distorsionando). De cierta manera, Mahler no quiere separarse mucho del famoso Concierto para Trompeta de Haydn o de una Pequeña Serenata Nocturna de Mozart, es un discreto vistazo al período clásico.

El segundo movimiento, comienza donde se quedó el anterior, en Sol mayor, para terminar cayendo a Do menor. Se trata de una verdadera genialidad; por un lado, un violín es uno de los tres protagonistas, el cual mantiene el liderazgo a lo largo del movimiento. El violín líder está afinado un tono más agudo que el resto de los violines, para resaltar sobre ellos. El trío lo cierran el clarinete y el fagot, entre los tres llevan el tema, superando al resto de la orquesta porque sus partes están escritas en un contrastante Fa mayor; la idea de marcar el cambio de tonalidad al final del movimiento, utilizando una púa para tocar el violín solo es algo extraño, bello e interesante.

A pesar de que está definido como scherzo, realmente suena a danza, con la misma idea de la famosa Danza Macabra de Camille Saint-Saëns (inclusive con la propuesta del solo de violín), pero en este caso se trata de una danza fúnebre para ascender al Paraíso, en lugar de regresar de ultratumba, como ocurre con la obra de Saint-Saëns.

El tercer movimiento es un adagio que regresa a Sol mayor, recordando mucho la influencia romántica que tuvo Mahler de Schubert. Básicamente, utiliza la leyenda (que no la historia) de Santa Úrsula y sus 11,000 vírgenes para describir la emoción del recién llegado al Cielo, siendo recibido por dichos personajes; muy en especial, con la fanfarria previa al final. La leyenda está inscrita en el coro de la iglesia dedicada a esta santa en Colonia, Alemania.

Este adagio es uno de los más famosos de todos los tiempos... es también (sin lugar a dudas) el más bello y tal vez hasta sea el mejor que se haya compuesto. Si a alguien se le quiere mostrar el significado de adagio (provebio), la mejor manera de hacerlo es escuchando este tercer movimiento de la Sinfonía 4.

El cuarto movimiento es el único con una parte cantada, el cual es interpretado por una soprano que hace las veces de un niño narrando la alegría de haber llegado al Cielo. La obra cierra en Mi mayor; una tonalidad que Mahler asignaría como propia del Paraíso. Musicalmente, posee muchos trazos correspondientes a las Sinfonía 3, a la cual estuvo ligada originalmente.

Si el movimiento anterior tal vez sea uno de los adagios más famosos de todos los tiempos, el cuarto movimiento es una de las lieder más famosas que hay en el bel canto y definitivamente que es la canción más famosa escrita por Mahler. Los cascabeles regresan para matizar el inicio del segundo y tercer párrafos; también lo hacen al cierre del tercer párrafo.

La canción consta de dos partes: la primera está dividida en 3 décimas (estrofas de 10 versos), mientras que la segunda parte contiene dos estrofas, una de 6 versos y la segunda del doble con 12 versos. La parte intermedia, la rige el clarinete que, junto con los violines, emula el tema ejecutado por las flautas y los cascabeles durante las cortinas.

Una característica típica de Mahler fue su continua búsqueda por la excelencia. Una anécdota interesante ocurrió en la última corrección que hizo para esta sinfonía. La Orquesta Sinfónica de Nueva York estaba en el ensayo previo a la presentación de la obra (que el propio autor finalmente no dirigió dada su muy avanzada enfermedad), pero alcanzó a escuchar un “error”, por lo que paró el ensayo. Al analizar al culpable, fue sorprendido por sí mismo, ya que la partitura presentaba la “equivocación”, por lo que la corrigió.

La Sinfonía 4 es un claro ejemplo de una excelente administración del tiempo, a pesar de tener dos trabajos, ambos de gran envergadura como lo son la Orquesta Filarmónica de Viena y ser Director de la Casa de la Ópera de Viena, tener un éxito indiscutible con las dos y todavía darse tiempo para legarnos esta bella genialidad.

A pesar de ser una obra neoclásica, la Sinfonía 4 es realmente un preludio para la música que se compondría durante todo el siglo XX.

Saludos.


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