Para
1909, Debussy ya estaba consagrado
como un gigante en la música…y sus amistades dan muestra de ello, al solicitar Gabriel Fouré su inclusión como miembro
del Consejo Superior del Conservatorio parisino en FEB09.
Como
parte de esta responsabilidad, se le encomendaron dos obras para clarinete, por
lo que escribe del 07DIC09 al 05ENE10 la Primera
Rapsodia para Clarinete y Orquesta, CD
124, como parte de la evaluación final de los alumnos el 14JUL10.
La
Rapsodia para Clarinete forma parte
del repertorio de todo intérprete de este instrumento, siendo una joya impresionista
más del gran compositor francés. Se la dedicó al maestro clarinetista del Conservatorio, Prosper Mimart, escrita originalmente
para clarinete y piano, pero fue finalmente orquestada en 1911, siendo Mimart quien la estrenaría.
En
JUL10, después del examen a los alumnos de clarinete, compondría lo que
inicialmente sería la Segunda Rapsodia
para Clarinete, pero el compositor decidió cambiarle el nombre por Pieza Pequeña, CD 127, y a diferencia de su anterior composición, ésta sí permanecería
para clarinete y piano.
Al
mismo tiempo que publica la Pieza
pequeña, presenta uno de sus valses más famosos: La más que lenta, CD 128,
que eclipsaría por mucho la segunda obra para clarinete.
Unos
meses antes -MAY10-, presentaría un tríptico de canciones muy modesto para voz
y piano, intitulado Tres baladas, CD 126, basado en poemas de bardo
francés del cierre medieval François
Villon:
1. Balada
de Villon a su novia
2.
Balada que Villon escribió por
petición de su madre para rezar a Notre-Dame
3. Balada
a las mujeres parisinas
Es
interesante que Debussy retome su composición de canciones con un poeta que no
fue su contemporáneo.
Así
mismo, bajo el mismo formato de tríptico de canciones, termina la composición
de La caminata de dos amantes, CD 127, para el cierre de 1910, tomando
tres poemas del dramaturgo renacentista francés Tristan L’Hermite:
1. A
partir de esta cueva
obscura
2.
Cree mi consejo, mi querida Climène
3. Tiemblo
al ver tu rostro
La
primera canción data de 1904, pero el tríptico lo cerraría hasta seis años después.
Pero
más interesante aún es una obra que le fue solicitada (y pagada) desde 1895, la
Rapsodia para Saxofón Alto y Orquesta,
CD 104.
Vivió
en Boston, EEUU, una señora acaudalada llamada Elisa Hall, quien a sus 47 años
de vida comenzó sus estudios de saxofón. Al no haber mucha obra para este
instrumento, le encargó a Debussy un concierto. El compositor accedió, cobró y lo
gastó en 1895, esto último con mayor rapidez, misma con lo que se le olvidó.
Al
cierre de su período con Lilly –JUN03-,
entre escándalos, mucho trabajo y poca composición, termina su Suite Bergamasque y por fin comienza la
composición para el saxofón con algunas ideas aún sin ensamblar.
De
hecho, la señora Hall lo visitó ese
mes reclamando su encargo, donde le compositor mostró esbozos que supuestamente
había comenzado en 1901. Sin embargo, no fue una tarea fácil componer para un
instrumento nuevo y de tan pocos recursos (sin afán de ofender a mis amigos
jazzistas).
En
una carta que Debussy le escribió al
compositor, organista y director de orquesta francés André Messager, le expresó su molestia y dificultad por esta
composición diciendo estar buscando desesperadamente combinaciones novedosas
para hacer lucir a este acuático
instrumento.
Para
1908, le envía a Hall una obra supuestamente terminada, pero realmente la concluiría
hasta 1911. Sería hasta 1919 (un año después del fallecimiento de Debussy), que el compositor francés Jean Roger-Ducasse la orquestaría y unos años más tarde, la Sra. Hall la presentaría con la Orquesta
Sinfónica de Boston.
Uno
esperaría escuchar en esta rapsodia, temas estadounidenses, pero no fue así.
Debussy incluyó temas españoles, árabes y orientales… una verdadera genialidad
para un instrumento tan limitado.
Saludos.
No comments:
Post a Comment