Wednesday, May 18, 2011

Elegía al máximo sinfónico



El tiempo es un río de torrente imparable
cuando una luz se apaga, surge un vendaval,
donde la pasión amortigua decadencias.

El tiempo azota cual tormenta incontrolable
bañando desiertos y viñas por igual,
arrasando labores, bosques y conciencias.

El tiempo camina de modo inexorable
no se distrae en su continuo recital
sin tomarse ni libertades, ni aquiescencias.

El tiempo elimina efectivo y notable
todo trazo erróneo de música banal,
cien años son clara muestra de su demencia.

En el centenario del máximo sinfónico
su obra brilla… deslumbrando como nunca antes,
su obra exalta… mostrando su magnánimo arte.



18MAY11, Centenario luctuoso de Gustav Mahler

Saludos




 

Tuesday, May 17, 2011

En el Centenario de Mahler: la Décima Sinfonía



Después del catastrófico 1907, Mahler fue contratado por el Metropolitan de Nueva York, como su director principal, debutando con el inicio de 1908 (1 de enero), hasta la primavera de 1910. Tuvo la fortuna de montar obras de Beethoven, Wagner, Tchaikovsky y Smetana, entre otros.

Además, fue invitado a formar la Orquesta Filarmónica de Nueva York en 1909, por lo que Arturo Toscanini fue traído como apoyo para Mahler.

Para que los recuerdos tristes de 1907 no lo perturbaran, Mahler movió su lugar de composición a un bosque cerca de la ciudad de Tirol, donde escribiría su tercera etapa de obras. Durante el verano de 1908, Mahler escribió La Canción de la Tierra, en el verano de 1909 terminó su Sinfonía 9 y para el verano de 1910 escribió 2 movimientos (Adagio y Purgatorio, primero y tercero respectivamente), así como borradores completos de los otros tres movimientos, en lo que se convertiría en su Sinfonía 10.

Sin embargo, mientras escribía la Sinfonía 10, el compositor descubriría una carta de amor que el arquitecto Walter Gropius había escrito para Alma, a quien había conocido en un spa durante la ausencia de Mahler en EEUU y habían tenido un tórrido romance.

La salud de Mahler se cayó aún más, tuvo que recibir el auxilio de Sigmund Freud, en AGO10, quien lo apoyo para salir adelante y lograr su mayor éxito en vida, la Sinfonía 8, en 12SEP10, en la ciudad de Münich.

Mahler dedicaría el éxito de la presentación de la Sinfonía de los Mil a Alma, con la inocente esperanza de recuperarla, escribiendo al final de la partitura:
¡Vivir para ti!    ¡Morir por ti!    ¡Alma!

Para NOV10, regresaría a Nueva York, pero esta vez llevándose a Alma y su hija, a pesar de que su enfermedad cardíaca estaba ya muy avanzada, dando su último concierto en el Carnegie Hall el 21FEB11.

El 18ABR11 regresa a Europa para ser internado en un hospital de París, de donde es trasladado a Viena el 11MAY11, donde finalmente fallece el 18MAY11.

El funeral ocurrió un día muy lluvioso, el 22MAY11, con la presencia de sus principales discípulos: Bruno Walter, Otto Klemperer, Alan Berg, Arnold Schönberg (quien pintó su famoso cuadro fúnebre del evento y pusiera en el arreglo floral: San Gustav Mahler), entre muchos otros personajes artísticos importantes de la época.

La idea de Mahler fue la de componer una sinfonía en 5 movimientos, de lo que sobrevivieron 72 páginas completas, 50 borradores y 44 páginas de borrador preliminar.

La estructura quedó definida de la siguiente manera:

I. Adagio (Andante)
II. Scherzo I (Cuarto Rápido)
III. Purgatorio (Allegro moderato)
IV. Scherzo II (Allegro Pesante, no demasiado rápido)
V. Finale (Lento y difícil)

Nuevamente, da inicio con un andante, en lugar de allegro (al igual que la Sinfonía 9).

Este primer movimiento es el único que realmente se acredita como exclusivo para Mahler, razón por la cual muchos ortodoxos de su obra (como Boulez, Bernstein, Abbado o Kubelik) lo ejecutan de manera individual.

El Adagio es una obra totalmente innovadora, que utiliza los recursos atonales que tanto buscarían las obras expresionistas de Schönberg o Berg en el futuro inmediato.

El movimiento, en sí, toma muchos elementos del primer movimiento de la Sinfonía 9, donde las violas son las protagonistas (¿se tratará acaso algún recuerdo de Natalie Bauer?). Es interesante como se pretende que el tema sea un adagio y termine colapsándose en disonancia.

El Scherzo I alterna entre dos temas, uno de los cuales es un Ländler, algo común a otras sinfonías.

A diferencia del movimiento segundo, donde los dos temas se “pelean” por el protagonismo al ser interpretados en forma simultánea, el Purgatorio es una interesante alternancia entre una bella melodía libre y un movimiento perpetuo.

El Scherzo II se le conoce popularmente como el Scherzo del Horror, se trata de una de las obras más controversiales de Mahler, por un lado, toma como plataforma de composición el primer movimiento de La Canción de la Tierra, La Canción al Beber en la Miseria de la Tierra, la cual está en Allegro, pero Mahler lo convierte en Pesante. Al principio de esta partitura, el compositor escribió: “El Diablo baila conmigo”; mientras que en la parte final del movimiento escribiría: “¡Oh Dios! adiós a mi lira”.

Para este movimiento (así como para el último), Mahler incluyó un tambor militar que marca el paso de un cortejo fúnebre, a como alguna vez lo observó en Nueva York.

En el Finale, se observa un resumen de los temas propuestos en los cuatro movimientos anteriores, incluyendo funeral con su tambor militar, el cual concluye para dar inicio a un solo de flauta que finalmente cierra la obra en tranquila paz.

Alma pidió a algunos grandes compositores como Schönberg o Shostakovich que reconstruyeran la Sinfonía 10, lo que refutaron por no querer contaminar la obra de Mahler con su propia autoría.

Para 1923, Alma le presentó lo que se tenía “ejecutable” a Willem Mengelberg, quien interpretaría el Adagio y el Purgatorio con el Concertgebouw de Amsterdam en 27NOV24.

Por otro lado, Ernst Krenek se dio a la tarea de reconstruir la obra y para el 12OCT24 la presentaría, con ayuda del compositor Alexander von Zemlinsky, quien además tuvo la fortuna de dirigirla.

Durante el siglo XX, otros intentos de reconstrucción se han llevado a cabo, destacando las versiones realizadas por el inglés Deryck Cooke, que en los 60’s haría y son las de mayor ejecución. La primera versión de Cooke fue interpretada en vivo por la Orquesta Filarmónica de Londres, a través de la BBC el 19DIC60, celebrando su Centenario, pero de natalicio.

Alma “vetó” dicha versión, pero el 08MAY63 haría un anuncio donde daba su aprobación (como un arrepentimiento ante su muy cercana muerte en 1964)… Cooke seguría mejorando la versión inicial en los futuros años, gracias al apoyo incondicional de Anna, quien viviría hasta 1988, razón por la cual, su última revisión (realizada por los discípulos de Cooke) ocurriría hasta 1989.

La última versión presentada ocurrió con la Orquesta Internacional de Mahler en SEP10, bajo la batuta de Yoel Gamazou. La revisión la llevó a cabo la Sociedad Internacional Gustav Mahler en Viena, fundado por Bruno Walter y Alma Mahler en 1955.

Saludos.

En el Centenario de Mahler: la Novena Sinfonía



Con la Sinfonía 9, da inicio el último período de composición de Gustav Mahler, obras que no tuvo la oportunidad de presentar.

Este último período se caracteriza por un trato más tranquilo a su obra, con finales que suenan a resignación ante el ocaso de su propia vida.

En realidad, Mahler escribió una sinfonía en 1908, la cual le debería corresponder el número 9, pero un supuesto temor a este número en secuencia sinfónica, hizo que Mahler la disfrazara como colección de canciones, llamándola La Canción de la Tierra.

Para 1909 escribiría lo que sí llamaría la Sinfonía 9. Da la impresión de que es una sinfonía tipo réquiem en honor al recuerdo de su hija María. Musicalmente, se asemeja a la Sinfonía 6, Patética, de Tchaikovski, ya que el último movimiento lo adelanta al tercero, dejando el allegro en esa posición y colocar un adagio al final. Sin embargo, el primer movimiento también lo modifica, siendo moderato, en lugar de allegro.

La obra se estructura de la siguiente manera:

I. Andante cómodo (sonata)
II. A Ritmo pausado de Landler (un poco torpe y no tan grueso)
III. Rondó Burlesque (Allegro assai muy desafinante)
IV. Adagio (Reservado, muy lento y aún cauteloso)

El primer movimiento está escrito en Re mayor, en un muy extraño tiempo de Andante para una sonata. Los solos de violín y flauta son de lo más hermoso que tiene en su haber, donde nos muestra su inmenso amor por su hija perdida.

El segundo movimiento es una danza, un landler en Do mayor, claramente tomado del segundo movimiento de la Sinfonía 4 (que se encuentra en Do menor). De la misma manera, muestra su naturaleza de danza fúnebre.

El tercer movimiento es un Rondó en La menor, donde la técnica del contrapunto, observada desde la Sinfonía 4, alcanza su máximo desarrollo. Para muestra de su influencia del barroco, la trompeta da inicio en el movimiento con una doble fuga. La mezcla entre el contrapunto del barroco con la algarabía que muestra este movimiento (podría decirse, estruendo) es lo que le da a llamar burlesque, es una burla a la crítica de la época que le era adversa.

El cuarto movimiento, Reservado, es un adagio en un extraño Re sostenido mayor. Como su título lo encuadra, se trata de un proverbio muy profundo y personal. Da inicio con una canción cristiana-anglicana muy popular en aquella época llamada Evertide (Permanece conmigo). Poco a poco, comienza a cambiar de adagio a elegía, en el recuerdo triste de su hija amada perdida.

La obra fue estrenada un año después de la muerte del compositor, 26JUN12, con la orquesta que le daría la espalda, la Orquesta Filarmónica de Viena, en la ciudad que le daría la espalda y bajo la batuta de uno de sus más famosos discípulos, Bruno Walter.

En las cumbres, el día es hermoso
Rúbrica de Mahler al final de la partitura

Saludos.


Monday, May 16, 2011

En el Centenario de Mahler: M de Mahler… M de Muerte


A dos días de celebrarse el centenario luctuoso, se han mostrado una serie de artículos donde se analizó su vida a través de su obra hasta antes de 1907; a través de los mismos se cuentan con elementos como para analizar la validez de la muy popular aseveración: M de Mahler… M de Muerte.

Gustav Mahler tuvo 14 hermanos, de los cuales 9 fallecieron durante su niñez. Al momento de comenzar su etapa como compositor (1889) su padre, su madre y una hermana fallecieron, motivo por la cual se piensa que escribiría su Sinfonía 2, Resurrección. Para colmo, su hermano Otto se suicidaría en 1895, unos meses antes del estreno de dicha sinfonía.

En la Sinfonía 1, Titán, ya incluiría una marcha fúnebre (tercer movimiento). En las siguientes obras se observa lo siguiente:




Para 1907, ocurrirían cambios drásticos en su vida: la presión de la comunidad musical terminó por “reventarlo” como Director de la Casa de Ópera de Viena, su hija menor Anna sería víctima de la disentería, lo cual lo alejaría de la composición ese año. A pesar de que se recuperaría y llegara a ser escultora en su edad adulta, su otra hija, María, contrajo difteria, que no la salvaría de la muerte.

Durante el funeral de María, la madre de Alma (Anna von Bergen) sufriría un infarto que le causaría la muerte ese mismo día.

Dada la muy frágil salud de Gustav Mahler, la pareja llegó a pensar que la vulnerabilidad ante las enfermedades de las niñas era una herencia genética del compositor. Algo que se pone en duda, ya que posteriormente, Alma tendría una hija que fallecería en la adolescencia (Manon) de poliomielitis y otro hijo que moriría siendo aún un bebé, Martin Carl Johannes: ambos con el arquitecto Walter Gropius.

Las tragedias seguirían abordando al compositor en los años siguientes, hasta su triste deceso en 1911.

Saludos.

Sunday, May 15, 2011

En el Centenario de Mahler: la Octava Sinfonía, la Sinfonía de los Mil



Estamos ante el clímax de la música sinfónica. Durante 150 años, el concepto de una sinfonía llegaría a evolucionar de una composición “sencilla” para transformarse en todo un vendaval de emociones.

Durante el barroco, surgieron muchas diferentes tipos de composición, dos de los que sobreviven hasta nuestros días son las cantatas y las sonatas, donde la diferencia es la parte vocal. Con el tiempo, la sonata se incorporó a la ópera, como una especie de aviso previo a la obra, para captar la atención de los asistentes, como una “apertura” a la misma, al cual se le denominó obertura.

La estructura elemental de una sonata, de una obertura y de sus futuras evoluciones se basa en la secuencia: rápido – lento – rápido, sobre la anterior base se comenzó a evolucionar.

Al final del período barroco, algunos compositores como Bach o Vivaldi tomarían la plataforma básica de la sonata para crear un nuevo concepto: el concierto (para instrumento individual con acompañamiento orquestal, para dueto, para trío y demás). Vivaldi iría aún más lejos, enriqueciendo aún más las oberturas de sus óperas y llamándolas “armonías”, o sea, sinfonías.

El siguiente período histórico-musical, el clásico, se distingue por crecer la sinfonía a tal grado, que se independizaría de la ópera (permaneciendo el concepto de obertura, en lugar de la propuesta de Vivaldi). Haydn fue el campeón de este género, componiendo 108 sinfonías, razón por la cual se considera como el Padre de la Sinfonía.

Sin embargo, fue la escuela de Mozart en la composición sinfónica la que marcaría la línea, para que Beethoven madurara el concepto, componiendo 9 grandes obras maestras, ya en el siguiente período histórico, el romántico.

Entre las muchas revolucionarias cosas que Beethoven haría, estructuró el concepto de una sinfonía, agregando otro movimiento intermedio, quedando de las siguientes posibilidades:
I.    Allegro – Sonata
II.    Lento – Adagio – Andante – Moderato
III.    Minueto – Scherzo – Adagio
IV.    Rondó - Allegro

Otra aportación de Beethoven fue la incorporación vocal, tanto coros como solistas, observada en su Sinfonía 9 (1824).

6 años después, Berlioz agregaría un quinto movimiento para su Sinfonía Fantástica (1830), donde incluye un vals como segundo movimiento y una marcha como cuarto movimiento. Poco autores seguirían esta propuesta de 5 movimientos, entre otros Tchaikovsky en su Sinfonía Polaca, la Sinfonía 3, la cual incluye un vals como segundo movimiento.

Fue con Mahler que la sinfonía alcanzó su punto de mayor explotación de recursos, teniendo a la Sinfonía de los Mil, la Sinfonía 8 como el mayor logro humano en este género musical.

La Sinfonía de los Mil lleva su nombre por la gran cantidad de músicos que intervienen en ella: 171 instrumentistas y 850 cantantes, lo cual suma 1021 personas. Los cantantes se dividen en 8 solistas, 350 niños para un coro y el resto para otros coros, pero de adultos.

Además de los instrumentos ya introducidos en sinfonías anteriores, Mahler requirió la presencia de un órgano, de un piano y de un grupo no especificado de mandolinas.

La obra fue compuesta durante el verano de 1906, su último verano de felicidad; la cual se divide en dos partes como a continuación se muestra:

Parte Primera: Veni, Creator Spiritus
I.    Veni, Creator Spiritus
II.    Imple Superna Gratia
III.    Infirma nostri corporis
IV.    In tempo
V.    Infirma nostri corporis
VI.    Accende lumen sensibus
VII.    Veni, Creator Spiritus
VIII.    Gloria sit, Patri Domino

Segunda Parte: Escena final de Fausto, de Goethe
I.    Caritas (Poco Adagio)
II.    Scherzo (Piu Mosso, allegro moderato)
III.    Poco a Poco
-    Coro: Los Bosques están llegando cerca
IV.    Marca Eterna Bienaventuranza
-    Padre Emocionado: Bienaventuranza contra el Eterno Fuego
V.    Allegro
-    Padre Profundo: Se abre el Abismo a mis Pies
VI.    Allegro deciso, Sin apresurarse
-    Coro de Ángeles: Cuidando al miembro noble de los Espíritus del Mal
-    Coro de Niños: Que devora las manos
VII.    Molto Leggiero
-    Coro de Angelitos: Las Rosas de las Manos
VIII.    Un poco más lento, pero aún en Moderato
-    El Ángel más perfecto: Nos quedamos con un residuo del suelo
IX.    Al Principio se conserva aún algo
-    El ángel más joven: Me siento en este momento con los humos hasta las alturas rocosas
-    Dr. Mariano: Aquí la opinión es libre
X.    Sempre L’istesso tempo
-    Dr. Mariano: El mejor gobernante del mundo
XI.    Extremadamente lento, Adagissimo
-    Coro I & II: Ustedes los intocables
-    Coro de los Penitentes: Usted flota en las alturas del Reino Eterno
XII.    Fluido
-    Magno Pecado: Por Amor a los Pies
-    Mujer Samaritana: Por el Amor
-    María la Egipcia: En los lugares de la Iglesia
XIII.    Una Penitencia: Al Abismo, al abismo Sin Igual
XIV.    Imperceptiblemente fresco
-    Muchacho Bendito: Él ya nos está creciendo
XV.    Una Penitencia: Rodeado de espíritus
-    Madre Gloriosa: Vamos levanta a las Alturas
-    Himno del Dr. Mariano: Miré hacia arriba, buscando rescate, a todos los Arrepentidos
XVI.    El Principio del Fin, muy lento
-    Coro Místico: Todo lo transitorio es una parábola

En un principio, la intención de Mahler fue por una sinfonía en 4 movimientos, donde el primero y el último serían himnos, Veni, Creator Spriritus & El Nacimiento de Eros, con un scherzo y un adagio que llevaría el título de Caritas.

El primer himno permanecería, pero el segundo fue sustituido por una cantata para honrar el final del libro Fausto, magna obra del grande del romanticismo alemán, Goethe. Dicha cantata finalmente integró el scherzo y Caritas, por lo que la sinfonía quedó estructurada en 2 partes.

Veni, Creator Spiritus es un himno en latín escrito por el monje benedictino alemán Rabano Mauro, que se recita desde el siglo IX al Espíritu Santo (muy común el día de Pentecostés), dicho himno es utilizado para comenzar algún acto solemne en las universidades. Durante muchos siglos, fue interpretado como Canto Gregoriano.

El primer himno mantiene la estructura de sonata, mientras que la segunda parte es una cantata.

Para la segunda parte finalmente invirtió los movimientos dos y tres, por lo que inicia con el adagio Caritas y sigue con el scherzo, para finalmente caer a la cantata, que en momentos suena a oratorio, mientras que en otros suena a motete.

La Sinfonía 8 tiene muchas dificultadas para ser interpretada, una de ellas es el requerimiento de un gran salón. La premier de la obra tuvo lugar hasta el 12SEP10 en Münich, donde un auditorio de 3000 personas pudo escuchar a más de 1000 artistas. Entre los asistentes de Mahler se encontraban los futuros famosos directores de orquesta Bruno Walter y Otto Klemperer, quienes fueron sus discípulos.

Como la premier fue en la ciudad de Münich, era de esperarse que el gran Richard Strauss estuviera presente. Además, atestiguaron dicho acontecimiento Camille Saint-Saëns, el escritor Thomas Mann y un joven y prometedor director de orquesta, el inglés Leopold Stokowski, quien quedó tan impresionado con la obra de Mahler, que no dudó en ejecutarla con su famosa Orquesta Filarmónica de Filadelfia unos años después (1916), creando su mito personal y lo que se dio a llamar el sonido de Filadelfia, el sonido Stokowski. Tanta fama le trajo dicha ejecución que en 1940 fue invitado por Walt Disney para interpretar la película Fantasia. 9 años después, hasta Bugs Bunny lo interpretaría, representándolo como el director de orquesta más respetado de su época (al menos en el pequeño universo que es EEUU).

La Sinfonía de los Mil, Sinfonía 8, fue la última obra que estrenaría Gustav Mahler, siendo su mayor éxito en vida.

Saludos.


 

Friday, May 13, 2011

En el Centenario de Mahler: la Séptima Sinfonía, La Canción de la Noche



Mientras Gustav Mahler terminaba su Sinfonía 6, Trágica, durante el verano de 1904, al mismo tiempo escribiría un par de Nocturnos, que finalmente formarían la esencia más importante para su Sinfonía 7, conocida popularmente como La Canción de la Noche.

Un año más tarde, escribiría los otros tres movimientos, escribiéndolos en un tiempo récord de 1 mes, durante el verano de 1905.

Al momento de componer la Sinfonía 7, Mahler ya estaba consolidado como el indiscutible mejor director de orquesta de la época, además de ser considerado como un gran compositor (al menos fuera de Viena). Se encontraba felizmente casado, ya con dos hijas y aunque su salud pasaba por etapas frágiles, la diosa Fortuna no le podía sonreír de mejor manera... sin embargo, todo estaba a punto de colapsarse en los años venideros.

La obra es interesante ya que contiene dos scherzos y dos nocturnos, intercalados y con un cierre rondó, como en algunas de sus sinfonías anteriores.

Los cinco movimientos que conforman la Sinfonía 7 son los siguientes:

I. Scherzo I. Adagio Lento, sin Arrastrar (Allegro risoluto, ma non troppo)
II. Nocturno I (Allegro moderato, molto moderato)
III. Scherzo II. Fantasmagórico fluye, sin rapidez (Scherzo en trio)
IV. Nocturno II, Recuperación (Andante amoroso)
V. Rondo-Finale (Allegro ordinario - Allegro moderato ma energico

El primer movimiento se trata también del primer scherzo, el cual mantiene la estructura de sonata evolucionando de Mi menor a Si menor. La música suena un tanto misteriosa, en especial por la inclusión del bombardino barítono, tomado prestado de las bandas escolares, el cual lleva el tema al comienzo del movimiento. La sección intermedia muestra una melodía llevada por los violines que trata de plasmar la actividad natural en el bosque y lago cercanos a su cabaña, en Corintia. El cierre del primer scherzo retoma los instrumentos de viento para regresar al torrente de energía.

El segundo movimiento es su primer Nocturno, el cual suena un poco más a música marcial que serenata; se trata de un andante en Do menor. Sin embargo, la intención de Mahler fue musicalizar el famoso óleo de Rembrandt llamado La Ronda Nocturna. Al igual que en la Sinfonía 6, se vuelve a utilizar el recurso de los cencerros, para simular el paso de ganado vacuno. El Nocturno se va apagando poco a poco al final del movimiento hasta que inevitablemente se ahoga el sonido.

El tercer movimiento es su segundo scherzo que su título Fantasmagórico habla por sí mismo. Más que ser una “broma”, el segundo scherzo suena a burla contra la sociedad vienesa, por ser tan crítica con su obra y mostrar liviandad frente a los valses vieneses, tan de moda a principios del siglo XX. Cuando el káiser Francisco José falleciera en 1916 y el legendario Imperio Romano de Occidente finalmente terminara, lo primero que hicieron los vieneses fue llevar los valses a las salas de conciertos, ya que anteriormente eran vistos como música popular, indignos de una orquesta seria. Su creación en Re menor es una muestra del sarcasmo.

A través de este segundo scherzo, se aprecian mejor instrumentos “nuevos” en una orquesta como la tarola o el bombo, tan utilizados durante los años venideros como elementos fundamentales en una batería. Las campanas tubulares, que surgieron durante el siglo XIX para emular al sonido campanario de una iglesia, siendo popularizadas por el célebre villancico ucraniano Suenan las Campanas o la no menos famosa Obertura 1821 de Tchaikovski. Vuelve a utilizar las baquetas como instrumento solo y la armónica de metal, que ya usara en su sinfonía anterior. Una aportación interesante ocurre con la introducción del pandero.

El segundo scherzo, Fantasmagórico, termina con una sensación de mareo ante tanto “instrumento popular”.

El cuarto movimiento es el segundo Nocturno, donde el arpa, la guitarra y la mandolina son los instrumentos protagonistas, para dar un ambiente más cercano a una serenata, mucho más brillante que la anterior, donde su Fa mayor contrasta con el Do menor del primer Nocturno. Para lograr que los nuevos instrumentos de cuerdas se escuchen con claridad, Mahler tiene que prescindir de la mayoría de los instrumentos de viento; por otro lado, las maderas son reducidas a la mitad. El segundo Nocturno inicia con un solo de violín para abrirle el paso a los dos instrumentos de cuerdas invitados. La interesante combinación del corno francés con la guitarra es justamente la base en la cual Joaquín Rodrigo compusiera años después (1939) el segundo movimiento, Adagio, para su famosísismo Concierto de Aranjuez.

El quinto movimiento es un rondó muy emotivo e intenso que se escucha en Do mayor. El movimiento es un conjunto de 8 variaciones a temas muy populares a principios del siglo XX, como La Viuda Alegre de Franz Lehár, entre otros tantos.

A diferencia de los dos Nocturnos, da la impresión de que Mahler se está burlando de la sociedad vienesa, no es extraño que la sociedad le retribuyera su animadversión, por lo que el catastrófico año de 1907 tuvo como consecuencia (entre otras cosas peores) su salida como Director en la Casa de Ópera, razón por la cual la Sinfonía 7 tuvo que esperar por una oportunidad… y fuera de Viena.

El estreno de la obra ocurrió 3 años después (19SEP08) en la ciudad de Praga y bajo la batuta del propio autor, con motivo del aniversario de diamante (60 años) del káiser Francisco José, que ya por ese entonces ostentaba el pomposo título Rey de Bohemia (para ganarse a los checos).

Un dato anecdótico fue que un discípulo de Mahler fue recomendado por él mismo para ocupar el puesto de Director del Teatro Alemán de Praga, el famoso Otto Klemperer, quien fungió como director adjunto al momento de la premier de esta sinfonía.

La Sinfonía 7, La Canción de la Noche, es la plataforma para la composición de los grandes del siglo XX como Schönberg, Stravinsky o Britten, es propiamente, el nacimiento de la escuela musical para dicha centuria.

Saludos.

En el Centenario de Mahler: la Sexta Sinfonía, Trágica



Es increíblemente interesante que en el momento más feliz en la vida de Gustav Mahler haya escrito una obra que termina en derrota… que finaliza trágicamente.

A diferencia del resto de sus obras, donde las Sinfonías 9 & 10 cierran tranquilas, la Sinfonía 4 termina muy alegre y el resto finalizan de manera pomposa y triunfante; en la Sinfonía 6 se observa una excepción importante.

Tal vez por ello, la Sinfonía 6, Trágica, es muy seguramente su sinfonía menos interpretada, pero no por ello es la menos rica en diversidad musical, sino todo lo contrario.

La Sinfonía 6 fue compuesta durante los veranos de 1903 & 1904, Mahler se había casado con Alma y habían tenido ya a sus dos hijas; de hecho, la menor (Anna) nació justamente con el cierre de dicha composición.

La idea de esta obra es mostrar el carácter mortal del ser humano, la impotencia ante lo único certero que hay: la muerte. De ahí, la característica pesimista de la obra.

Muchos años después, Alma Mahler diría que la Sinfonía 6 fue la que emanó de lo más profundo de su alma, la que expresaba mejor lo que su corazón sentía.

Al igual que las Sinfonías 5 & 7, esta obra no contiene parte vocal. La sinfonía se estructura en 4 movimientos:

I. Vehemente, pero Conciso (Allegro enérgico ma non troppo)
II. Andante (Moderato)
III. Pesante (Scherzo)
IV. Finale (Sostenuto - Allegro Moderato - Con Dificultad – Marcato – Allegro Enérgico)

Como muchas de las sinfonías de Mahler, la obra se puede dividir en dos secciones, aún cuando no las haya definido el autor, dada la gran duración de alguno de sus movimientos, para este caso fue el cuarto movimiento el que consume casi la mitad del tiempo de la obra.

A diferencia de la mayoría de las sinfonías de Mahler, la primera sección respeta la estructura convencional, mostrando la forma de sonata en el primer movimiento y relacionándolo grandemente con los siguientes dos, Andante y Pesante.

El primer movimiento es básicamente una marcha en 4/4, donde inicia en La mayor, para irse transformando en La menor a medida que avanza. El tema recurrente del primer movimiento se conoce como el Tema de Alma, el cual marca la parte más encantadora de la obra.

Una aportación interesante de Mahler es la inclusión de instrumentos musicales “nuevos”, para enriquecer el sonido. La Sinfonía 6 incluye muchos de ellos, durante el primer movimiento incluyó la caja militar, que marca el paso de la marcha.

Otro instrumento nuevo para una sinfonía (más no en otras obras) fue la celesta, una especie de piano que en lugar de martillar sobre cuerdas, lo hace sobre placas de metal simulando un sonido “celestial” (de ahí su nombre). Otros compositores como Tchaikovsky (El Cascanueces) ya lo había utilizado, pero fue Mahler quien lo “sugirió” para su posterior uso con genios como Maurice Ravel (Mamá Oca), Richard Strauss (El Caballero de la Rosa) o The Doors (Light my Fire).

Por cierto, fue la única ocasión en que Mahler utilizó un xilófono.

Otros instrumentos utilizados fueron el látigo (ya usado por Modesto Mussorgsky en Cuadros para una Exposición), el tam-tam (especie de tambor recuperado del antiguo Tombuctú), las baquetas (utilizadas como instrumento musical sin tambor), una armónica de metal (similar al xilófono, pero con placas metálicas) y un pesado martillo (para cerrar la sinfonía).

El segundo movimiento continua siendo 4/4, pero ahora en Mi bemol mayor. Se trata de un tranquilo rondó que contrasta con lo efusivo de los otros tres movimientos. Para empatar lo “pastoral” de la Sinfonía 6 de Beethoven, incluye cencerros para este movimiento, simulando el paso de ganado en la campiña.

El tercer movimiento regresa a ser una marcha, pero en 3/8. Dentro de la confusión que este scherzo genera, un trío lleva la melodía, que es ahogado en la medida que avanza, terminando en caos… hasta podría decirse que desesperación.

El cuarto movimiento continúa con el caos generado regresando a la estructura de sonata, pero ahora en 2/2. Se trata de uno de los movimientos más difíciles y largos en una de las sinfonías más difíciles de Mahler. A diferencia de lo triunfalista que aparenta irse creando, un gran martillo golpea intensamente en 3 ocasiones al final de la pieza, destruyendo toda esperanza de mejorar para caer en impotencia y derrota.

Mahler estaba preocupado porque el gran martillo no tuviera un sonido metálico, por lo que se le ocurrió que fuese golpeado sobre un tablón de madera, pero nunca estuvo lo suficientemente conforme con la intensidad de dicho sonido. Años después, el compositor Alan Berg tuvo la genial idea de crear una caja muy grande de madera para amplificar el sonido del golpe seco del gran martillo. Para diferenciarse de Mahler, Berg introdujo este instrumento en sus famosas 3 Piezas para Orquesta, de 1915, pero cambiando el material del gran martillo, siendo éste de madera (por cierto, fue la única obra que dedicaría a su maestro Arnold Schönberg).

Para 1919, Alma metió “ruido en el sistema” al escribir una carta a uno de los principales difusores de la música germánica (en particular de Mahler y Strauss), el holandés Willem Mengelberg, acerca de la intención de Mahler por cambiar el orden de los movimientos 2 & 3, invirtiéndolos. Durante los 50 años que Mengelberg dirigió al famoso Concertgebouw de Amsterdam, interpretaría la obra como Alma se lo indicó, con la única excepción de la primera ocasión en 1916, razón por la cual Alma le pediría cambiarla el orden.

La controversia sigue, por un lado grandes directores como Mackerras, Maazel, Fisher, Abaddo, Barbirolli, Barenboim o Mitropoulus han seguido la propuesta original de Andante/Pesante. Otros directores de igual prestigio han seguido la propuesta sugerida por Alma de Scherzo/Andante, como Boulez, Karajan, Bernstein, Solti, Järvi, Mehta, Kubelik o Levine.

La premier de la Sinfonía 6, Trágica, ocurrió en la ciudad de Essen en 27MAY06 (con la propuesta de Andante/Pesante, que siempre interpretó su autor), dirigida por el propio Mahler.

A pesar de competir con la Sinfonía 10 como de las de menor interpretación, muchos de los grandes directores del siglo XX aseguran que se trata de su obra magna.

Saludos.

Wednesday, May 11, 2011

En el Centenario de Mahler: Alma Schindler, la Novia del Viento


El caso de Alma es insólito dentro de la historia del arte, ya que una chica de amplia vida social fue la fuente de inspiración para grandes artistas de la primera mitad del siglo XX, arquitectos, pintores, poetas y músicos… entre tantos, Gustav Mahler.

Alma Schindler fue hija de un pintor afamado de finales del siglo XIX llamado Emil Jakob Schindler, por lo que su contacto con los artistas vieneses se dio desde sus primeros años de vida.

Entre sus primeros amores destacan el pintor Gustav Klimt, el director teatral Max Burchkard y su profesor de piano y compositor Alexander von Zemlinsky.

Después del romance infructuoso que Alma sostuvo con Zemlinsky (quien por cierto fue maestro también de Arnold Schönberg) conoció en 07NOV01 a Gustav Mahler. El compositor quedó prendido ante su belleza, por lo que días después le pediría ser su esposa -28NOV01-; después de mucha correspondencia mutua (entre otras, el éxito de la Sinfonía 4 en Berlín el 12DIC01), Alma accedió al compromiso a finales de ese año -23DIC01-, por lo que se casarían unos meses después, el 09MAR02, en el templo de San Carlos, en Viena.

La familia de Mahler veía con malos ojos a Alma, a quien la juzgaban de libertina. Por otro lado, la familia de Alma tampoco veía muy bien a Gustav, ya que él fue 19 años mayor a ella (al momento de casarse él tenía 41 años, mientras que ella 22)… además de ser judío. El disgusto de la familia de Alma no duró mucho, ya que hasta el padrastro de Alma (Carl Moll) fue el padrino de la boda.

Al principio Alma no tomaba las palabras de Gustav muy en serio, por la fama de casanova que tenía Gustav. En la época, se rumoraba que para ser soprano en una ópera dirigida por el compositor, la muchacha tenía que darle al director algo más que su talento… cuando Alma descubrió al auténtico ser humano que fue (muy estricto y disciplinado), accedió a salir con él.

Fruto de esta unión, la pareja tuvo 2 hijas: María el 03NOV02 y Anna Justina el 14JUN04, además de 5 sinfonías completas, 1 sinfonía incompleta, 1 ciclo de canciones y 1 sinfonía más disfrazada de otro ciclo de canciones.

Alma deseaba ser compositora, por lo que Gustav le daba clases, así como su anterior amor, Zemlinsky, hasta que los celos de Gustav hicieron que Alexander se retirara. Alma compuso algunas colecciones de canciones, publicadas durante los 10’s y 20’s.

De 1907 a 1910 fueron años muy difíciles para Gustav, pero al regreso de una gira exitosa con la Sinfónica de Nueva York en JUN10 descubrió una carta de amor del arquitecto Walter Gropius; razón por la cual la salud de Mahler cayó aún más. Para AGO10, Sigmund Freud le regalaría algunos meses más de vida, pero para el 18MAY11, finalmente fallecería.

Alma siguió su camino siendo amante y esposa de un sinnúmero de personajes como el músico Paul Kammer (quien amenazó con suicidarse en la tumba de Mahler, cuando ésta lo sustituyó), el pintor Oskar Kokoschka (quien pintaría el famoso cuadro de la Novia del Viento), regresó con el arquitecto Gropius (con quien se casaría en 1915 y tuvo una hija Manon), el compositor Alan Berg (quien compuso su famoso Concierto para Violín “A la Memoria de un Ángel” en honor a Manon, fallecida en plena adolescencia), el poeta Franz Werfel (con quien se casaría en 1929) y el teólogo Johannes Hollnsteiner, entre muchos otros.

Dado que Werfel fue judío, en 1938 tuvieron que escapar de Austria, en una aventura épica que pasaría por Suiza, Francia, cruce a pie de los Pirineos hacia España, hasta que finalmente se embarcarían desde Portugal a EEUU. Werfel finalmente moriría en 1945.

Alma permanecería en Nueva York como promotora cultural, convirtiéndose en una persona respetable (a pesar de tantos escándalos en Austria), siendo una persona altamente apreciada por la sociedad estadounidense hasta su fallecimiento en 1964.


Saludos.

Tuesday, May 10, 2011

En el Centenario de Mahler: la Quinta Sinfonía


El cambio de siglo fue un momento de grandes cambios en la vida de Gustav Mahler. Por un lado, trocaba ser considerado como el joven más codiciado de Viena por ser simplemente su soltero más codiciado.

El compositor entraba en sus 40’s, tenía fama y fortuna, una reputación de amante desenfrenado (más mito que verdad), dirigía las dos agrupaciones musicales más importantes de la época, era considerado como el director más importante del mundo y sus obras comenzaban a despegar en popularidad.

Sin embargo su salud comenzaba a decaer, en FEB01 tuvo una hemorragia que casi le cuesta la vida, evento que forzó su renuncia a la dirección de la Orquesta Filarmónica de Viena, impactándolo fuertemente en su carácter.

A pesar de lo anterior, Mahler se encontraba en el pináculo de su carrera, cuando le ocurrió el evento más trascendental de su vida, para NOV01 conoció a la socialita más famosa de Viena: Alma Schindler, de quien se enamoraría y casaría (09MAR02), sería su musa y gozaría con ella de sus momentos más felices en vida, aunque también los más tristes; una mezcla de sentimientos que se observarían a través de su siguiente ciclo sinfónico, iniciando con la Sinfonía 5.

Con la Sinfonía 5, Mahler regresa al gran aglomerado de músicos y nuevamente rebasa la barrera de una hora en sus obras. Una diferencia con respecto a las sinfonías anteriores es la ausencia de cantantes, característica observada en sus Sinfonías Intermedias (5, 6 & 7).

La obra consta de 5 movimientos, observados en 3 partes.
Primera Parte
I. Marcha Fúnebre (con el paso medido, estricta, al igual que en un cortejo)
II. Turbulento (con gran violencia)
Segunda Parte
III. Scherzo (fuerte, pero no demasiado rápido)
Tercera Parte
IV. Adagietto (muy lento)
V. Rondo-Finale (Allegro-Allegro Giocoso-Fresco)

La primera parte de la sinfonía la conforman los dos primeros movimientos, los cuales son en realidad un solo bloque, es interesante como evoluciona de Do sostenido menor a La menor, en la ya mencionada tonalidad progresiva. El tema principal se centra en las pompas fúnebres, plasmando la manera en que se estaban gestando a principios del siglo XX (con bandas que acompañaban al cortejo).

El primer movimiento abre con un encoré de las trompetas, a manera de señal para que el resto de la orquesta se incorpore para matizar la tristeza y la desesperación, el cual termina por transformarse en una tranquila melancolía para el cierre del movimiento, tratando de contagiar la nostalgia (común denominador en sus Sinfonías Intermedias).

El segundo movimiento abre igual que el anterior, con violencia (tal como se especifica en su tiempo). Al avanzar, se relaja con una riqueza interesante de matices (los contrabajos hacen parte de esta labor) tal como el movimiento anterior, pero en a diferencia del primero, se cierra repentinamente, tratando de mostrar un sentimiento de impotencia.

El tercer movimiento es un scherzo que trata de emular el bullicioso ruido de las calles de Viena, está lleno de energía. El escribirlo en Re mayor es una muestra de la energía que se desea transmitir. El solo interpretado por el corno francés en este movimiento describe en sí mismo su fuerza.

La tercera parte inicia con el cuarto movimiento, el cual es la obra más famosa de Mahler: Adagietto.

Adagietto es tan famoso que, una práctica muy común en todas las orquestas del mundo, se da por interpretarlo individualmente, como parte de algún programa.

A diferencia del movimiento anterior, Mahler reduce la orquesta a las cuerdas y al arpa; se trata de un llamado a la intimidad.

Como dato anecdótico, en la misa fúnebre de cuerpo presente que se celebró en la catedral de San Patricio de Nueva York para Robert Kennedy -08JUN68-, Leonard Bernstein interpretó el Adagietto.

El movimiento que cierra la obra es un contrastante rondó que utiliza elementos del Adagietto y del segundo movimiento, pero está vez es concluyente. En particular, la fuga que se presenta es espectacular.

En la Sinfonía 4 hay una presencia algo tímida por parte de Mahler en el uso del contrapunto, un recurso que utilizará extensivamente a partir de la Sinfonía 5, en particular es muy notorio en los movimientos tercero y quinto.

La obra fue terminada durante el otoño de 1902, pero su presentación se dilataría dos años más -18OCT04-, siendo ejecutada por la Orquesta de Colonia bajo la dirección del propio Mahler.


Nadie la entendió,
me hubiera gustado conducir
la premier de la Sinfonía 5
50 años después de mi muerte.
Gustav Mahler, 18OCT04
(Herbert von Karajan le tomaría la palabra)


Saludos.


Monday, May 9, 2011

En el Centenario de Mahler: La Vida Celestial


Al fin se llega al placer
lejos de lo terrenal
ya que su ruido local
al Cielo no va ascender
ni su dulce paz perder,
vivo en vida angelical
de felicidad total,
presto a bailar… a saltar,
pronto a brincar… a cantar,
San Pedro nos da su aval.

San Juan deja el corderito
para que Herodes lo marque
y con paciencia lo embarque
a su último y mortal rito
dando un ahogado grito;
mientras San Lucas sin pudor
mata al ternero sin dolor,
el vino brota gratuito
de las bodegas al sitio
donde el pan fermenta su amor.

Finas hierbas de toda clase
se cosechan en el Cielo
entre espárragos y anhelos
toda legumbre renace
¡platos llenos hasta hartarse!
peras, uvas o manzanas
nos otorgan las más sanas
¿quieres conejo o venado?
¡saltan alegres el vado!
por calles de porcelana.

Si ocurre un día de fiesta,
los peces solos se invitan
San Pedro raudo apresura
redes, anzuelos y cesta
para colmar la marmita
que Santa Martha satura.

No hay música terrenal
que vibre como la nuestra,
once mil vírgenes bailan
y alegres nos lo demuestran.

No hay música terrenal
Santa Úrsula ríe de ello,
que iguale la celestial
que equipare a lo más bello.

Santa Cecilia y parientes
dan la pauta musical
alegrando a los presentes
con su voz angelical.

Traducción poética para La Vida Celestial
El Cuerno Mágico de Juventud
de Achim von Armin & Clements Bretano

Saludos.

Friday, May 6, 2011

En el Centenario de Mahler: La Cuarta Sinfonía


Para septiembre de 1898, la renuncia de Hans Richter al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena hizo que el comité de conciertos seleccionara unánimemente a Gustav Mahler como su sucesor, aún cuando existía una preocupación popular (expresada continuamente por la prensa de la época) acerca del origen judío y checo del compositor, que lo podrían alejar de la tradición musical alemana, tópico que fue fácilmente superado para el final de ese mismo año ante la “defensa” excelsa de la música alemana por parte de Mahler.

Por su lado, Mahler nunca se ganó el ánimo de los músicos en las orquestas, a quienes siempre maltrató ante su afán perfeccionista y la fácil forma de evidenciar su mediocridad (alguna vez llegó al punto de expresar en la prensa que se desesperaba ante la incompetencia de diferenciar entre decrecendo y adagio por parte de los músicos). La filarmómica de Viena no fue la excepción, donde los músicos no estaba de acuerdo en las selecciones que Mahler hacía, ya que abordaba extremos: obras maestras ya muy repetidas, las cuales eran intercaldas con obras inéditas de sus contemporáneos.

Para 1899, los músicos de la filarmónica se unieron y le pidieron a Richter que regresara, algo que fue denegado por el propio director. En 1900, la posición de Mahler se vio todavía más debilitada ante la gira que realizara la orquesta en Francia, teniendo como marco la famosa exposición mundial de París, la cual fue un desastre por la falta de interés del público francés en las obras sinfónicas.

En ABR01, comenzó a mostrar los primeros síntomas de su fragilidad física, que con la década iría en serio decaimiento hasta su deceso, 10 años después. Entre su mermada salud, la doble responsabilidad en la dirección orquestal (la Casa de la Ópera y la Filarmónica de Viena) y la antipatía de los músicos en la filarmónica, Mahler tuvo que renunciar a la dirección de esta última. En su paso por esta gran orquesta, tuvo la oportunidad de dirigir 80 presentaciones durante 3 temporadas completas.

Fue durante este período de dirección en la filarmónica vienesa que la Sinfonía 4 se escribió.

Las presentaciones de las Sinfonías 3 & 4 tuvieron que ocurrir fuera de su amada Viena, razón por la cual la Sinfonía 4 incluso se adelantaría un año a su predecesora, ocurriendo en Munich el 25NOV01.

Durante el verano de 1900, mudó su lugar de composición, de una pequeña cabaña que tenía en Stainbach, adquiriendo otra en las orillas del lago Wörthersee, en Carintia, donde años más tarde construiría su famosa villa. En AGO00 terminaría la Sinfonía 4, durante los veranos de 1901 a 1905 compondría su siguiente ciclo de Sinfonías: 5, 6 & 7; además de sus Canciones a Rückert. Durante 8 intensas semanas de verano (1906) compondría su famosa Sinfonía de los Mil, la Sinfonía 8, en este mismo lugar.

La Sinfonía 4 cierra el ciclo de las Sinfonías Wünderhorn. La aseveración de que se trata de una sinfonía muy accesible está más cerca de ser cierta que de ser un mito, ya que es de las más cortas en duración (alrededor de 50 minutos, al igual que la Sinfonía 1) y ser sencilla en su composición (ni siquiera incluye trombones o tubas); como coloquialmente se dice, digerible. De hecho, una vez superado el boicot nazi durante los 30’s y 40’s, fue precisamente esta sinfonía la que le abriría las puertas a la gran audiencia.

Dada su sencillez y corta duración (en comparación con las otras sinfonías), fue la sinfonía de mayor interpretación desde los 50’s hasta los 90’s. Sin embargo, durante los últimos 15 años, la Sinfonía 1, Titán, se ha convertido en la más ejecutada por todas las orquestas del orbe.

A diferencia de las tres sinfonías anteriores, la Sinfonía 4 no presenta un programa o discurso narrativo. La intención del compositor (en sus propias palabras) fue crear una obra que cualquiera persona pudiera entender y disfrutar, es el equivalente a la intención en la música pop de la actualidad.

La obra consta de 4 movimientos y se centra en una sola canción, previamente escrita: La Vida Celestial, como parte de la colección de canciones El Cuerno Mágico de Juventud. Inicialmente tuvo la idea de que fuera un movimiento dentro de la Sinfonía 3, pero dicha intención creció hasta crear toda una sinfonía a partir de este tema musical, dejando la composición lírica como cuarto movimiento. Los movimientos son los siguientes:
I. Tomándose su Tiempo, Deliveradamente (Sonata)
II. Moviéndose Pausado, sin Prisa (Scherzo)
III. Tranquilo, poco Adagio (Adagio)
IV. Muy Agradable (Lied).

El primer movimiento está definido en un alegre Sol mayor, lo cual no es tan cierto, antes bien, evoluciona a partir de Si menor hasta alcanzar dicha tonalidad al final del movimiento, es un crecimiento en la emotividad. Se le ha dado a llamar a este fenómeno tonalidad progresiva.

Otro detalle interesante es que está especificado el primer movimiento como sonata, pero en momentos cae al esquema de una danza (algo similar ocurre con el segundo movimiento).

El primer movimiento da inicio con cascabeles navideños (jingle bells), con una entrada de las flauta que intenta sonar a cuento de hadas, mostrando la ingenuidad de las personas. Mahler le da oportunidad para lucirse al corno inglés, previo a la segunda entrada cascabelera. El cierre es interesante, desde el último cascabeleo hasta casi el cierre, una trompeta interpreta un tema totalmente diferente (el principal de la Sinfonía 5, por cierto), contrastando con lo ejecutado por el resto de orquesta (suena hasta distorsionando). De cierta manera, Mahler no quiere separarse mucho del famoso Concierto para Trompeta de Haydn o de una Pequeña Serenata Nocturna de Mozart, es un discreto vistazo al período clásico.

El segundo movimiento, comienza donde se quedó el anterior, en Sol mayor, para terminar cayendo a Do menor. Se trata de una verdadera genialidad; por un lado, un violín es uno de los tres protagonistas, el cual mantiene el liderazgo a lo largo del movimiento. El violín líder está afinado un tono más agudo que el resto de los violines, para resaltar sobre ellos. El trío lo cierran el clarinete y el fagot, entre los tres llevan el tema, superando al resto de la orquesta porque sus partes están escritas en un contrastante Fa mayor; la idea de marcar el cambio de tonalidad al final del movimiento, utilizando una púa para tocar el violín solo es algo extraño, bello e interesante.

A pesar de que está definido como scherzo, realmente suena a danza, con la misma idea de la famosa Danza Macabra de Camille Saint-Saëns (inclusive con la propuesta del solo de violín), pero en este caso se trata de una danza fúnebre para ascender al Paraíso, en lugar de regresar de ultratumba, como ocurre con la obra de Saint-Saëns.

El tercer movimiento es un adagio que regresa a Sol mayor, recordando mucho la influencia romántica que tuvo Mahler de Schubert. Básicamente, utiliza la leyenda (que no la historia) de Santa Úrsula y sus 11,000 vírgenes para describir la emoción del recién llegado al Cielo, siendo recibido por dichos personajes; muy en especial, con la fanfarria previa al final. La leyenda está inscrita en el coro de la iglesia dedicada a esta santa en Colonia, Alemania.

Este adagio es uno de los más famosos de todos los tiempos... es también (sin lugar a dudas) el más bello y tal vez hasta sea el mejor que se haya compuesto. Si a alguien se le quiere mostrar el significado de adagio (provebio), la mejor manera de hacerlo es escuchando este tercer movimiento de la Sinfonía 4.

El cuarto movimiento es el único con una parte cantada, el cual es interpretado por una soprano que hace las veces de un niño narrando la alegría de haber llegado al Cielo. La obra cierra en Mi mayor; una tonalidad que Mahler asignaría como propia del Paraíso. Musicalmente, posee muchos trazos correspondientes a las Sinfonía 3, a la cual estuvo ligada originalmente.

Si el movimiento anterior tal vez sea uno de los adagios más famosos de todos los tiempos, el cuarto movimiento es una de las lieder más famosas que hay en el bel canto y definitivamente que es la canción más famosa escrita por Mahler. Los cascabeles regresan para matizar el inicio del segundo y tercer párrafos; también lo hacen al cierre del tercer párrafo.

La canción consta de dos partes: la primera está dividida en 3 décimas (estrofas de 10 versos), mientras que la segunda parte contiene dos estrofas, una de 6 versos y la segunda del doble con 12 versos. La parte intermedia, la rige el clarinete que, junto con los violines, emula el tema ejecutado por las flautas y los cascabeles durante las cortinas.

Una característica típica de Mahler fue su continua búsqueda por la excelencia. Una anécdota interesante ocurrió en la última corrección que hizo para esta sinfonía. La Orquesta Sinfónica de Nueva York estaba en el ensayo previo a la presentación de la obra (que el propio autor finalmente no dirigió dada su muy avanzada enfermedad), pero alcanzó a escuchar un “error”, por lo que paró el ensayo. Al analizar al culpable, fue sorprendido por sí mismo, ya que la partitura presentaba la “equivocación”, por lo que la corrigió.

La Sinfonía 4 es un claro ejemplo de una excelente administración del tiempo, a pesar de tener dos trabajos, ambos de gran envergadura como lo son la Orquesta Filarmónica de Viena y ser Director de la Casa de la Ópera de Viena, tener un éxito indiscutible con las dos y todavía darse tiempo para legarnos esta bella genialidad.

A pesar de ser una obra neoclásica, la Sinfonía 4 es realmente un preludio para la música que se compondría durante todo el siglo XX.

Saludos.