Después de un breve retiro de casi 3 años, Ritchie Blackmore regresa con una obra totalmente fresca y renovada, tal como está ocurriendo con su vida, Autumn Sky.
Su álbum anterior, Secret Voyage, definitivamente no fue su mejor obra, tal vez la de menor inspiración de toda su carrera; su fallido Rainbow Eyes, hizo extrañar a Dio en la parte vocal… de nueva cuenta. A pesar de ello, llegó a primer lugar de ventas en la categoría de New Age (de esas cosas extrañas que se salen de nuestra imaginación, como cuando Jethro Tull fue galardonado como el mejor grupo de Heavy Metal en 1989).
El retiro temporal de Blackmore y su esposa Candice Night se debió a un gran acontecimiento en su vida: tuvieron una bebé el 27MAY10, razón por la cual le dedican esta obra (la niña se llama Otoño Esmeralda).
La obra está rica en instrumentación renacentista (como lo ha sido en los últimos 14 años), tal como lo es también la composición y arreglos de Blackmore. Llama la atención una pieza de The Kinks, Celluloid Heroes, que fue arreglada en este estilo (se podría decir que fue destrozada y creada nuevamente… pero mucho mejor, obviamente).
Así mismo, posee cuatro piezas tradicionales británicas (por cierto, son las que cierran la obra), pero se nota la intención de la dedicación a su nueva heredera; de hecho, la pieza que cierra el álbum es la antigua canción de cuna Barbara Allen, en un arreglo muy bello.
En general, cada pieza es una nueva aportación a la guitarra, en particular la piezas que no son del folclore inglés como Keeper of the Flame o la que tal vez sea la obra maestra del disco, Night at Eggersberg, donde hace alusión a ellos mismos en el juego de palabras y sirve como bello preludio para la siguiente pieza Strawberry Girl, donde se muestra claramente el júbilo por su pequeña.
Todo la obra es delicada y tierna, es una bella dedicatoria, no se hubiera esperado menos del gran maestro Blackmore.
Well, we do sometimes play our mandolins very loudly
1989, Ian Anderson (Jethro Tull)
Saludos.
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