Tuesday, November 20, 2012

150 años de Debussy: La mar




La isla de Jersey, ubicada en el canal de la Mancha, trajo algo más que La isla feliz, CD 109 o las futuras Gigas en Imágenes, CD 118. Su nueva musa, la cantante Emma Bardac, inspiraría lo que muchos consideramos como su magnus opus: La mar, CD 111. 

Debussy evitó llamarle a La mar una sinfonía (que en su estructura lo es) para denominarle tres boceto sinfónicos para orquesta, pero mantiene el formato sinfónico a lo largo de la obra. 

La mar se compone de tres movimientos:

1.      Desde el amanecer hasta el mediodía en el mar
2.      Juegos de olas
3.      Diálogo entre el viento y el mar 

El primero de los movimientos está indicado en un tiempo muy lento, pero eso no le quita la fuerza al movimiento. A pesar de que la propuesta de composición atonal (de la cual Debussy era responsable) estaba a punto de florecer, la obra dista mucho de serlo, por lo que el primer movimiento está escrito en Si menor. Este movimiento evoca el poderoso despertar del mar al despuntar del alba y cómo el sol provee color y vida a sus olas hasta que se levanta majestuoso al mediodía, en uno de los pasajes sonoros más impactantes de toda la historia de la música. 

Erik Saite comentó de este movimiento que el bosquejo que más admiraba es el que ocurre a las 10:54 AM. 

El movimiento empieza con una fanfarria muy discreta (el amanecer), donde las dos arpas llevan el tema, arropadas por los timbales. Durante los primeros cinco compases, la métrica está dada en 6/4. Las cuerdas se van incorporando en forma escalonada, primeramente los bajos, luego los cellos y finalmente las violas; todos en una indicación de pianissimo. Para el sexto compás, la escritura cambia a 4/4, hasta el compás 18; a lo largo se torna de crescendo a decrescendo en cuatro ocasiones, sin dejar el pianissimo, semejando los primeros rayos del sol reflejados por las olas, la indicación expresivo y sostenido del compás 12 muestra la intención del autor. 

En el compás 19, se regresa a 6/4, con una indicación de Debussy, quien solicita estar animado poco a poco hasta la entrada de 6/8, por lo que se muestra un continuo crescendo hasta el cambio de ritmo que ocurre en el compás 27, el cual es ahora indicado como moderado sin ser lento. El contraste es grande, ya que el compás 27 entran los violines en forte, al igual que las violas, pero en pizzicato. Para el compás 28, se regresa la indicación a piano, pero con los cellos acompañando. Flautas y clarinete toman el tema principal para ser trucado por los cornos a los dos compases, siendo arropadas todo el tiempo por las arpas y las cuerdas. 

Para el compás 40, se presenta un solo de oboe (manteniendo a las arpas y cuerdas como fondo), cambiando la indicación a expresivo solamente. Lo siguen los fagots y dos compases después los clarinetes… para ser “robado” el tema por una de las flautas en el compás 44. Para el compás 48, el compositor solicita ser un poco animado con la participación de todos, cambiando la indicación en el compás 56 a ceder un poco, por lo que crescendos y decrescendos van y vienen entre los instrumentos, recreando diferentes atmósferas hasta el compás 63. 

En el compás 64 se cambia nuevamente la métrica a 9/8… un breve instante, para regresar a 6/8 al compás siguiente. Al compás 73, los maderas y vientos son silenciados con una indicación de retenido a tempo, hasta el compás 80. Para el siguiente compás, se cambia a 4/4 con una indicación de un poco más de movimiento y con mucho ritmo, hasta que en el compás 97 se regresa a 6/8 (tal vez todo esto ocurra a las 10:54 AM, según Saite), un instante… ya que para el compás 98 se va ahora a 12/8. 

La valentía del fortissimo dura hasta el compás 106, donde se frena a 4/4, luego a 6/8 (compás 107), para regresar a 12/8 en el compás 108, pero ya muy disminuida la animación. Para el compás 116, se retoma el 4/4 con una indicación casi lento. Para el compás 119, se anima un poco la obra al cambiar a 6/4, aunque recibiendo la indicación de muy moderado, mantenido hasta el 128, ya que en el 129 se regresa a 4/4, indicándose esta vez muy lento y pianissimo… para cambiar a forte y fortissimo al 134. 

Lo anterior fue una preparación para el cierre del movimiento, ya que para el compás 135 se cambia a 2/4, luego a 3/4 (compás 136), para regresar a 4/4 en los últimos dos compases y terminar fuerte. 

El segundo movimiento está indicado en Do menor sostenido. Se trata de una magistral exposición musical del juego de las olas, con toques colorísticos en las arpas, apoyadas por las percusiones (glockenspiel, triángulo y platillos). En contraste con los otros dos movimientos, éste hace el papel de scherzo, para matizar el formato sinfónico. 

Este movimiento es el más corto de los tres, su indicación está en allegro, en un ritmo muy flexible. Está dada en 3/4 e inicia en pianissimo, teniendo una breve interrupción en los compases 9 al 35, donde la métrica marca 3/8. 

Finalmente, el clímax de la sinfonía disfrazada llega con el diálogo entre el viento y el mar, donde el movimiento perpetuo de la marea parece interrumpirse con los embates de las inclementes ráfagas de viento, concluyendo en una verdadera disputa sonora del tema, colmada de una policromía sin parangón en el arte. 

Este tercer movimiento está indicado como animado y tumultuoso en Do sostenido menor (al igual que el movimiento anterior). Coincidentemente con Estampas, CD 108, el tercero de los movimientos lleva un ritmo 2/2. A pesar de las oscilaciones del viento y del mar, reflejadas en el devenir del sonido, se nota una intención del autor por ir al incremento desde el inicio del movimiento para terminar en fortissimo (fff) al cierre de toda la obra. 

La obra fue estrenada el 15OCT05 en Paris, con un problema fuerte de integración (en parte por falta de destreza del directo Camille Chevillard). Como resultado, la obra no tuvo el impacto inicial que Debussy (y todos) esperaríamos. El mar tendría entonces una pésima recepción en su primera presentación, dividiendo (como suele ocurrir) al público y los críticos. Muy en particular, la prensa tuvo comentarios muy duros y negativos con respecto a la composición del autor. 

He escuchado muchas opiniones interesantes al respecto y considero que muchas de ellas son válidas como:
·         Incompetencia del director
·         Obra vanguardista para su época
·         El morbo alrededor de su ruptura con Lilly. 

Para 1905, la mayoría de sus amigos sentían empatía (o lástima) por la modelo y ésta sembraba mucha cizaña. Por su lado, Debussy abonaba más al morbo al ser ahora amante de la cantante Emma. 

Es interesante que las primeras composiciones de Debussy se apoyen en la poesía. Posteriormente, se observa un origen en la pintura, tal como ocurrió en Nocturnos. Tal vez La Mar haya comenzado como un tríptico (como Estampas)… pero evolucionó mucho más. 

En las décadas de los 70’s & 80’s hubo un despliegue artístico que rayaba en la competencia entre las portadas de los discos (LP & CD), donde grupos de rock como Yes, Asia entre muchos otros, presentaban verdaderas joyas pictóricas. 

Lo mismo ocurrió cuando la editora le puso portada a La Mar, seleccionando una pintura clásica de 1830… pero japonesa, llamada La gran ola de Kanawa, donde se describe un maremoto (tsunami) y se observa una ola más grande que el propio volcán de Fujiyama (emblema de Japón). 

Es muy probable que la amplia difusión que tuvo la pintura haya sido precisamente por La Mar. 

Existen un sinnúmero de grabaciones de La Mar, muchas de ellas altamente recomendables, entre las mismas se pueden contar la primera, realizada en 1928 por el compositor italiano Piero Coppola. Además, los registros de Toscanini (1935), Mitropoulos (1950), Richter (1951), Cantelli (1954), Munch (1956), Beinum (1957, en particular, herederos directos de Debussy, a través de Mengelberg), Szell (1957), Ansermet (1957), Reiner (1960), Guilini (1962), Karajan (1964), Stokowski (1970), Martinon (1973), Haitnik (1976), Sinopoli (1988), Bernstein (1989), Celibidache (1992), Jansons (2007) y por supuesto, cualesquiera de las versiones del gran Pierre Boulez (1967 ó 1995). 

El esplendor del mar y sus regocijos están esta monumental obra de Debussy, así como la sugestión de sus misterios y terrores. 

Saludos.



No comments:

Post a Comment