Monday, August 24, 2015

La panadera

 
 
 
Ya no soy, ni parezco,
mi vida sin esposo
es un viaje dantesco
en lo oscuro del pozo.
 
Miércoles o domingo,
¿cuál es la diferencia?
si trabajo a conciencia
y siempre me distingo,
¿porqué ya ni respingo?
¿porqué ya ni enfurezco?
sigo, callo y obedezco,
ya olvidé los placeres,
me atrofié en los quereres,
ya no soy, ni parezco. 
 
Los vecinos me envidian,
perciben, entre bromas,
que con estos aromas
los males se subsidian,
no saben que fastidian,
que servir sin reposo
no tiene ningún gozo,
que vivir frente al horno
es cocer sin retorno
mi vida sin esposo.
 
Mis hijos ya crecieron,
montados en su potro
el quehacer es otro,
su camino siguieron,
tan distinto eligieron
que ya nunca los pesco,
¿se esfumó el parentesco?
vivo sola y con mi alma,
voy sola, voy sin calma,
es un viaje dantesco.
 
La vieja tradición
de tener rico pan
termina con afán
por cambiar de opinión,
ir por la dirección
del trabajo virtuoso
hacia lo más valioso:
nuestra unión familiar,
que se fue a abandonar
en lo oscuro del pozo.
 
 
Saludos.


1 comment:

  1. Me dio nostalgia y me arrancó una lágrima. Me hizo extrañarla, a ella y a su delicioso pan.

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