Saturday, June 22, 2013

100 años con Paulino Paredes



Un día como hoy, 22JUN13, nace uno de los más grandes compositores mexicanos del siglo XX, al cual los regiomontanos le debemos mucho del empuje artístico actual: Paulino Paredes Pérez.

Paulino Paredes nació en Tuxpan, Michoacán, teniendo como formación musical la parroquia de su pueblo, donde aprendió órgano y formó parte de los coros de ese templo.

A sus 16 años -1929-, la parroquia lo becó para estudiar formalmente música en Morelia, en lo que se convertiría en el Conservatorio de las Rosas, donde recibiría la instrucción académica directamente de su fundador, a quien muchos consideramos como el mejor compositor para órgano del siglo XX, el también michoacano Miguel Bernal Jiménez (el mejor organista fue, sin lugar para dudas, Camille Saint-Saëns, pero como compositor para este instrumento, es muy evidente que el mexicano lo supera).

Obtuvo la Licenciatura en Canto Gregoriano en 1938, siendo acreedor a una beca para continuar con su formación en composición en París, epicentro de los compositores en aquel entonces. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial truncó sus planes. Un dato anecdótico es que regaló todo sus bienes (quemando sus naves, como Hernán Cortés) ante su inminente viaje.

En 1939, Bernal Jiménez funda la revista Schola Cantorum, revista especializada en la música sacra. Desde el segundo número en 1939 hasta el último año de su vida en 1957, Paredes escribió en dicha revista en una sección llamada Mundo Musical; su primer artículo fue dedicado al famoso compositor sacro del renacimiento, Giovanni Pierlugi da Palestrina.

Continuó con sus estudios en el Conservatorio de las Rosas, concluyendo la Maestría en Composición en 1940 (siendo el primer egresado de esta institución) y teniendo como sinodales a dos de los pilares de la composición mexicana: Miguel Bernal Jiménez y Manuel María Ponce. Su tesis fue la Suite Estampas Campestres, la cual tiene actualmente dos versiones, la original para orquesta de cámara y una revisión posterior para orquesta sinfónica. La obra fue interpretada por vez primera un año antes (1939) bajo la batuta del propio autor.

Durante su período en Morelia compone su segunda obra, el ballet Muñecos de Barro (1940). Al año siguiente compone La Danza del Loco, dedicada a su maestro Ignacio Mier Arriaga y su primera obra para orquesta sinfónica, Las Bodas Alegres, como preámbulo de su próximo enlace matrimonial.

Para 1942 se casa y dicha influencia se denota en sus dos obras siguientes: el poema sinfónico El Diluvio de Fuego y su segunda obra para escena, el ballet Las Horas, donde recrea el avanzar de un día a través de sus 4 movimientos: La Aurora, Mediodía, La Tarde La Noche.

Así mismo, asume la dirección de la Escuela Popular de Bellas Artes, responsabilidad que desempeñaría hasta 1946.

En 1944, compone Nino, Cuarteto para la historia de un muñeco, dedicado a su primogénito, nacido un año antes y que fallecería 5 años después en un accidente hípico en Morelia.

En ese mismo año, compone la música para dos obras de teatro infantil: Alí Babá y Piñoncito.

Para 1945, concluye su Maestría en Canto Gregoriano, por el Conservatorio de las Rosas. Una vez terminada su segunda maestría, nos regala una de sus obras maestras: la Sinfonía Provinciana, la cual inmediatamente recibió muchos reconocimientos, muy en especial destaca una mención honorífica por parte de la orquesta sinfónica de Detroit.

En 1947, escribe su Sinfonía Benjamina, la cual integra temas infantiles en sus tres movimientos, ya que es dedicada a sus hijos.

Durante la primera mitad del siglo XX, la composición mexicana siguió la escuela nacionalista, encabezada por Carlos Chávez, con una pequeña variante de enfoque sacro, muy atacada por el propio Chávez, pero que ante la composición de Bernal Jiménez, líder de esta escuela, tuvo que moderar sus ataques.

Durante los 40’s y 50’s, los gobiernos de Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines dieron un apoyo muy fuerte al ballet, convirtiendo a México en potencia para esta disciplina artística… hasta la fecha.

Paredes se unió a esta tendencia, por lo que en 1947 compone su tercer ballet, Almas Oscuras, una de sus creaciones más bellas.

En 1948, Bernal Jiménez fue al estreno de su ópera Tata Vasco, en Viena, comenzando con una gira por las principales casas de ópera de Europa, por lo que Paredes toma la dirección de la Escuela Superior de Música Sagrada en Morelia… sin embargo, el arzobispo de Monterrey invita a Paredes para fundar la Escuela Diocesana de Música Sacra, la cual inicia en enero de 1949. En esta escuela forma el coro La Silla, el cual se dedicó durante años a difundir la música sacra por el radio regiomontano a través de las estaciones XEMR & XET, desde el templo de San Luis Gonzaga. Al final de ese año, hubo una transmisión especial por la Hora Nacional, única ocasión que cantaron en el Aula Magna de la UANL.

Antes de Paredes, la música sacra regiomontana consistía en cantos populares adaptados con temas religiosos. Además, tan sólo existían 3 organistas en la ciudad, por lo que su llegada fue un parte aguas para la actividad cultural.

Mi buen amigo y maestro en historia, el Padre Aureliano Tapia, me comentó alguna vez que el arzobispo Dr. Guillermo Tritschler y Córdova fue un gran apasionado del canto gregoriano, razón por la cual invitó a Paredes.

Entre los seminaristas que tuvieron la transición de viajar a Morelia y seguirse formando en Monterrey con Paredes fueron Alfonso Hinojosa y Roberto Infante, este último continuaría con la labor del compositor.

Mientras que en aquel entonces el objetivo fue formar organistas y cantores para la mejor alabanza religiosa, en estos momentos -2013- no existe un solo órgano funcionando en Monterrey.

En ese mismo año, compone su cuarto ballet, Donajina, una obra en 4 actos, que toma temas musicales y danzas de los ritos propios de la cultura zapoteca.

A su paso por Monterrey, compone sus obras de mayor madurez. Para 1950, escribe su Concierto para Piano, mientras forma el Coro de la Comisión Nacional Bancaria, el cual se apagó después del primer concierto en el Casino Monterrey, donde se interpretaron piezas del propio compositor.

En 1951, crea el Coro del Colegio Labastida y es invitado por la UANL para la cátedra de composición.

Para 1953, crea el Coro para la Sociedad Cuauhtémoc y FAMOSA.

Al siguiente año, escribe su Concierto para Violín, la Suite Los Cuatro Convidados (sus cuatro movimientos representan a los cuatro personajes: El Taimado, El Poeta, La Niña de 15 Años & El Gracioso Ridículo) y su quinto ballet: Espalda Mojada, la Suite para este ballet fue interpretada la semana pasada por la OSUANL en homenaje al compositor.

En 1956 es nombrado Director de la Escuela de Música de la UANL, mientras compone su obra más famosa, el poema sinfónico Cañón Huasteca, conjunto de estampas sinfónicas dedicadas a una de las formaciones montañosas más bellas de Monterrey. La obra fue muy laureada por los grandes compositores Carlos Chávez y Aaron Copland en el festival de Caracas, Venezuela ese mismo año.

El 6 de abril de 1957, la SAT del ITESM presenta la Suite Espalda Mojada bajo la batuta de uno de los mejores directores de orquesta del siglo XX, Luis Herrera de la Fuente, al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional, transmitiéndose en vivo por la XET desde el Teatro Florida… tres días después fallece el compositor, quien contaba apenas con 43 años de vida.

Paulino Paredes es uno de los más grandes compositores mexicanos del siglo XX y Monterrey no sólo tiene el orgullo de haberlo adoptado, sino que junto con mi maestro el Dr. Jorge Rangel Guerra, es considerado como la base de la vida musical regiomontana actual.

Saludos.


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