El
día de hoy -13AGO12- se cumplen 100 años de la partida del gran compositor
francés Jules Massenet.
La
ópera tiene mucho que celebrar, apenas hace cinco años -24FEB07- se celebraron
los 400 años del nacimiento de este género artístico, con la presentación de Orfeo por
Claudio Monteverdi. Por otro lado, el próximo año se celebra el cumpleaños número 200
para los dos colosos de la ópera: Richard Wagner (por Alemania) y Giuseppe
Verdi (por Italia).
Como
el siglo XIX fue la consolidación de la ópera con los dos compositores
románticos antes mencionados, Francia hizo una muy interesante propuesta en lo
que se dio a llamar la Grand Ópera Francesa, un movimiento operístico que
pretendió la monumentalidad: personajes famosos (históricos o literarios),
muchos actores, grandes orquestas, entre 4 y 5 actos y al menos un ballet. Su
inicio se podría considerar en 1829, con la impresionante ópera Guillermo Tell,
de Giacomo Rossini, la cual fue un fracaso absoluto en su presentación, razón
que muchos consideramos como el motivo por el cual -el otrora llamado Mozart italiano- se
retiraría de la música.
Fue
tan importante el repunte de la Grand Ópera Francesa, que los mismos Verdi (Aida, 1871)
y Wagner (Rienzi, 1842) se vieron atrapados por la majestuosidad de la
propuesta.
Bajo
este entorno fue que Massenet inició en la música, naciendo el 12MAY42 (año que
Wagner pondría en escena precisamente a Rienzi). En 1853, su familia se va a
vivir a París, donde ingresa al conservatorio para estudiar piano. A sus 21 años
(1863), se mueve a Roma, donde se convierte en discípulo de Franz Liszt.
En
1867, monta la primera ópera de 41 que escribió: La Gran Tía, una obra sencilla
(ópera cómica) de un solo acto. No se trata de su primera creación (sino de la
sexta), ya que previamente escribió La Ardilla de la Deshonra (1858, opereta),
Los Dos Amigos (1859, opereta), Esmeralda (1865), Noureddin (1865) &
Valeria (1865).
La
obra fue un tímido intento de ingresar al mundo de la ópera, razón por la cual,
escribió cuatro óperas más, sin llegar tampoco ser presentadas (hasta hoy en día): La
Copa del Rey de Tule (1867), El Florentino (1867), Manfredo (1869) & Medusa
(1870).
Para
1872, presenta su segunda ópera (la undécima de su producción): Don César de
Bazán, la cual ya se trata de una ópera seria de cuatro actos, situada en la
España del tristemente célebre Carlos II (1699), basado en el mejor drama de
Víctor Hugo, Ruy Blas.
El
éxito de su ópera, le abrió las puertas para presentar el primero de sus cuatro
oratorios: María Magdalena (1873), el cual lo catapultó a la fama
internacional, contando con el aval de Tchiakovsky y Gounod.
A
pesar de su éxito, escribiría dos óperas más que todavía no han sido estrenadas: Los
Templarios (1873) & El Adorable Boulevard (1873). Para 1875, presentaría su
segundo oratorio, Eva, el cual pasó casi desapercibido. Se trata de una obra en
cuatro partes, recreando el relato de Eva en el Edén, descrito en el Génesis.
Posteriormente,
escribiría la ópera Berenguela & Anatolia (1876), la cual tampoco ha sido
representada; sin embargo, para 1877 presentaría El Rey de Lahore, una ópera
insertada en lo más característico de la Grand Ópera Francesa, contando con
cinco actos, donde se llega a incluir hasta un saxofón. Convirtiéndose en su
primer gran éxito operístico, exportándose ese mismo año a Roma, Turín, Boloña
y Venecia.
Para
el año siguiente, fue invitado a ser profesor en el Conservatorio de Paris,
donde tuvo entre sus discípulos al gran compositor rumano George Enescu y a los
franceses Henry Février y Gabriel Pierné.
Escribiría
otra ópera Roberto de Francia (1880), la cual no se ha presentado todavía; pero
no fue así con su tercer oratorio, La Virgen, obra de cuatro escenas que
describe la vida de la Virgen María.
Para
el siguiente año (1881), montaría su segundo gran éxito: Hérodiade, la cual es
una obra basada en el libro de Gustave Flaubert, Hérodias. Se trata de una obra
en cuatro actos, la cual fue increíblemente rechazada por el administrador de
la Ópera de Paris, ante lo cual fue estrenada en Bruselas. La razón dada por
este personaje es interesante, diciéndole a Massenet que su música es
increíble, pero que necesitaba cambiar de escritor.
Escribiría
entonces sus últimas dos óperas inéditas: Los Girondinos (1881) y Montalte
(1883), las cuales siguen sin estrenarse; sin embargo, esto terminaría con el regalo de una verdadera obra de
arte: Manon, en 1884, sin lugar a dudas, su ópera más representada.
Manon
fue muy famosa en su época… y lo sigue siendo. Además, es una ópera que es un
auténtico parteaguas. Se trata de una obra que aún conserva el espíritu de
la Grand Ópera, pero marca la pauta para los nuevos tiempos: el verismo.
Sería
tan popular Manon, que el mismo Massenet presentaría una secuela de la obra en
El Retrato de Manon (1894), el cual se trata ahora de una ópera en un solo acto
(muestra de los nuevos tiempos). Hasta el mismo Giacomo Puccini realizaría su
propia versión de Manon Lescaut (como es el título original de la novela de
Antoine Prévost) en 1893.
A
partir de Manon, las 21 óperas siguientes fueron todas representadas, teniendo otro
éxito increíble con El Cid en 1885, obra en cinco actos, basada en la famosa
epopeya de El Cid Campeador.
Para
finales de 1888, presentaría otra de sus obras más importantes, Esclarmonde. La
obra requiere de una soprano de gran coloratura y es interesante observar que
Massenet seleccionó para ser su protagonista a una estadounidense (Sybil
Sanderson). Se trata de la ópera más cercana a Wagner, ya que recuerda por
mucho a Tannhäuser. La ópera trata de una leyenda medieval, donde una
emperatriz bizantina (Esclarmonde) es hechicera y seduce a un caballero francés
(Roland de Bois).
Es
interesante que Massenet siguiera con el tema de hechizos, ya que para 1891
presenta su ópera El Mago, manteniéndose en el formato de Grand Ópera.
Al
año siguiente (1892), presentaría otra de sus joyas artísticas, Werther, basado
en la obra homónima del gran Goethe. Werther se disputa la primacía con Manon
sobre las óperas más representadas de Massenet. Así mismo, sigue la propuesta
de Manon para el verismo.
Para
1893, presenta la ópera Kassya, como preámbulo para otra de sus obras maestras:
Thais (1894). Otra obra de corte verista, cuya composición fue realizada ex
profeso para la soprano estadounidense Sybil Sanderson.
Se
trata de una obra en tres actos; en particular, el segundo acto posee la pieza
más famosa de Massenet: Meditación, tratándose de un hermoso solo de violín, el cual
forma parte del repertorio de todos los violinistas.
Le
seguirían 15 óperas más, las 3 últimas estrenadas de manera póstuma: El Retrato
de Manon (1894), La Navarra (1894), Safo (1897), La Cenicienta (1899,
regresando al formato de la Grand Ópera), Grisélidis (1901), El Juglar de
Notre-Dame (1902), Querubín (1905), Ariane (1906), Teresa (1907), Baco (1909,
secuela de Ariane), Don Quijote (1910, de regreso a la Grand Ópera), Roma (1912,
su última ópera en vida), Panurge (1913), Cleopatra (1914) & Amadís (1922,
basada en el personaje Amadís de Gaula).
Además
en 1900, presentó su cuarto y último oratorio La Tierra Prometida, en el esplendor de su
fama.
Escribió
la música para cuatro ballets, ya en la plenitud de su fama: El Carillón (1892,
basado en una leyenda danesa), El Rosati (1902), La Cigarra (1904, basado en la
fábula de Esopo de La Cigarra y la Hormiga, pero con el final alterado, acorde a
las versiones de Jean de la Fontaine y de Félix María Samaniego) & Espada
(1908).
Sin
lugar a ninguna duda, Jules Massenet es uno de los compositores más trascendentales en la historia de
la ópera.
Saludos.
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