Uno de los escritores de mayor trascendencia para la teoría de las comunicaciones es sin duda alguna el italiano Umberco Eco, que la semana pasada -05ENE12- festejó sus 80 años de vida.
Eco es popularmente conocido por algunas de sus novelas como El péndulo de Foucault (1988) o El nombre de la rosa (1980), sin embargo su acervo literario va más allá de sus obras de ficción.
Su primera publicación es justamente su tesis doctoral: El problema estético en Santo Tomás de Aquino (1956), con el cual obtendría el grado por la Universidad de Turín (1954), dando muestras de su gran talento como filósofo.
Después de un modesto ensayo intitulado Arte y belleza en la estética medieval (1959), vendría la avalancha de obras maestras como lo son Obra abierta (1962, donde hace un análisis de la validez dogmática de la información) o Apocalípticos e Integrados (1964, donde intenta validar como la cultura popular es función del condicionamiento por los medios de comunicación), tan sólo por mencionar un par de ejemplos de su vasto acervo.
Si sus obras de disertación o ensayos son incuestionables en cuanto a su valor en la formación humana, sus novelas son sin duda un agasajo al lector, al tratarse de novelas policíacas con trazos de novela histórica y con mucho fondo filosófico.
Su última obra, El cementerio de Praga (2010), es un claro ejemplo de su ameno y profundo estilo literario, donde enlaza personajes históricos de finales del siglo XIX (como Freud), tomando una importante popularidad, al coincidir con los escándalos de wikileaks. La semana pasada fue cuestionado en la ciudad de MEX por lo ahí descrito y contestó con su humor característico: “yo no fui responsable por la caída del muro de Berlín”.
Es grato que un cerebro como Eco siga produciendo obras que ayudan a entender mejor la realidad en la cual vivimos.
Saludos.
Yo uso la obra Arte y Belleza en la estetica medieval para cursos de óptica. Su título en inglés no me gusta: Art and Beauty in the midle age...Apocalípticos e integrados es simplemente el mejor ensayo filosófico de nuestra era, hay gente que sigue luchando por ser apocalíptico 100% (ingelectualoides), es curioso que nadie quiere ser 100% integrado, habemos quienes sabemos que no existen como entes puros.
ReplyDeleteSaludos
Paco,
ReplyDeleteun detalle anecdótico (de entre muchos) que tiene Umberto Eco es su gran admiración por la obra de Jorge Luis Borges, por lo que en su famosa novela El Nombre de la Rosa nombra al bibliotecario de la abadía (la persona más preparada de la misma) como Jorge de Burgos, en honor al argentino.
De igual manera que tú haces en tu actual cuento con Jorge Volpi… cuando me mencionaste tu intención (hace algunos meses), recordé inmediatamente a Eco.
Saludos.
Hablando de argentinos... Pensé que esa caricatura de Eco era de un humorista gráfico argentino al que siempre confundo con Lizan pero cuyo nombre lamentablemente nunca recuerdo. Y resulta que no: es de un caricaturista italiano llamado Sergio Staino.
ReplyDeleteLo encontré! El dibujante al que me refiero es Douglas Wright: http://eljardindedouglas.blogspot.com.ar/
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