Tal vez el músico más influyente en la música popular mexicana durante el siglo XX fue Manuel Esperón, quien el día de ayer -13FEB11- pasó a la inmortalidad, llegando casi al centenario de su natalicio -03AGO11-.
De hecho, por la anterior razón fue colocada una estatua en su honor en la plaza Garibaldi de la Ciudad de México el pasado 15DIC10, ¡qué mejor honor puede tener un compositor que estar donde lo recuerdan todas las noches al volver a interpretar sus melodías!
La madre de Manuel Esperón fue regiomontana (Raquel González Cantú, quien fue pianista destacada en aquella época), a través de quien recibió el ánimo por la música desde muy temprano en su vida. Estudió en el Conservatorio de San Carlos y posteriormente en Bellas Artes, a la par de Ingeniería Civil en el Instituto Politécnico por la influencia de su padre quien fue Ingeniero en Minas.
Una vez terminada su formación (tanto de Ingeniero Civil, como de compositor) fue invitado a participar como compositor en el naciente cine sonoro en la película La Mujer del Puerto de 1933, la cual le abriría las puertas a su vocación para participar en poco más de 500 películas y componer 947 canciones, de entre las cuales sobresalen valses como Viva mi Desgracia, serenatas como Serenata Tapatía o En Serenata, boleros como Flor de Azalea o rancheras como Allá en el Rancho Grande, Traigo un Amor o No Volveré.
En su larga trayectoria de composición experimentó con otros ritmos tan sui generis entre sí como el Rock, Mambo, Polka o variaciones geniales como el Sombrero de Tres Picos de Manuel de Falla.
Su obra fue la plataforma de composición desde finales de los 40’s hasta los 80’s en la música popular mexicana. Tanta es su influencia, que todos los que dedicamos alguna vez una serenata (o muchas), tuvimos la necesidad de interpretar al menos una pieza de este talentoso compositor.
Su influencia es importante, al introducir el ritmo de vals para la música popular mexicana, propuesta que se seguiría por todos los compositores posteriores. Otros ritmos, como el bolero, no fue su propuesta en sí, pero con su obra se afianzaría en el gusto popular.
Una más de sus mejores influencias fue “poner a estudiar” a los mariachis, que a partir de su obra comenzaron a desarrollar una necesidad de escuela, dada la complejidad en muchas de sus obras y la profesionalización de los mismos al introducirlos al cine sonoro. De esa manera, el mariachi se convirtió en un ensamble, el cual se puede acoplar con soltura a una orquesta.
Intérpretes como Jorge Negrete, Pedro Infante o Los Panchos no hubieran hecho historia si no fuera por la música de Esperón. Una anécdota simpática que siempre contaba Esperón referente a Pedro Infante fue durante sus inicios como cantante, Infante quería cantar como Negrete (al igual que todos en aquella época) y lo convenció de no intentarlo (nunca iba a poder, simplemente su tesitura y potencia eran muy menores) argumentando los siguiente: “Jorge puede darle serenata a una muchacha que viviera en un octavo piso y ella lo escucharía perfectamente, pero si él le llevara serenata a una muchacha que viviera en la planta baja, entonces le iba a ir mejor, ya que le podía cantar al oído e inclusive hasta besito sacaría”.
Cuando Disney fue invitado por el gobierno de EEUU a crear una película de “buena vecindad” intitulada Los Tres Caballeros, no dudo Walt Disney en invitar a Esperón como compositor para su quinta película animada en 1944.
Como dato interesante, el Himno del Instituto Politécnico Nacional es letra del gran poeta Carlos Pellicer con música de Manuel Esperón.
Por todas las desveladas dando serenata, ¡Muchas Gracias!.
Don Manuel Esperón es el tesoro
más grande que tiene nuestra música
más grande que tiene nuestra música
15DIC10, Martin Uríeta
Vicepresidente Ejecutivo de la
Sociedad de Autores y Compositores de México
Sociedad de Autores y Compositores de México
Saludos.
No comments:
Post a Comment