Wednesday, July 7, 2010
Mahler auf der Couch... 150 años del Último Gran Sinfónico
El día de hoy -07JUL10- se conmemora el 150 aniversario del natalicio de un gran director de orquesta, gran compositor, pero sobre todo, gran perfeccionista: Gustav Mahler.
A diferencia de otros grandes compositores con un aservo extenso, Mahler tiene en su haber tan sólo 42 Lieder y sus memorables 10 Sinfonías. Pero estas últimas son tan impresionantes y no por su extensión (que lo son), sino por su excelsa precisión.
La Primera Sinfonía (1889) nació con la idea de ser un Poema Sinfónico intitulado Titan, pero después de un sinnúmero de revisiones a su propia obra, Mahler terminó creando una sinfonía. Cuando creó la estructura sinfónica, incluyó 5 movimientos, pero el segundo (marcado en un tiempo de Andante) llamado Blumine (floral) fue retirado de la obra… ¿la razón? estaba dedicado a una mujer de la cual estaba enamorado: Johanna Richter, pero como su amor no fue correspondido, Mahler retiró dicho movimiento de la obra.
Los grandes directores mahlerianos como Leonard Bernstein o Georg Solti jamás interpretaron dicho movimiento; sin embargo, tuvo que ser otro genio, el inglés Benjamin Britten, quien rescatara para la posteridad dicho movimiento en 1967, incluyendo Blumine como un “apéndice” de la obra. A partir de entonces, se interpreta antes o después de la obra.
La Segunda Sinfonía (1895), conocida como La Resurrección, es su primera obra “de larga duración” ya que dura 90 minutos. Al igual que la Octava, la Segunda Sinfonía gozó de una inmensa popularidad durante la vida del compositor.
De la misma manera que la Primera, la Segunda Sinfonía nació como poema sinfónico, intitulado Celebración de la Muerte, pero rápidamente evolucionó al formato de sinfonía. Mahler incluyó el órgano para su primer movimiento, pasando con facilidad de un sonido extrañamente suave (para ser un órgano) a música más explosiva y violenta, en forma de Marcha Fúnebre.
Los Movimientos 4 y 5 (Urlicht & Im Tempo des Scherzos, respectivamente) contienen poemas del folklore alemán, donde el 4 es cantado por una Alto (muy similar al 4 movimiento de la Sinfonía 9 de Beethoven) y el 5 es interpretado por un Coro para el Gran Finale. Este último movimiento es tan largo, que llega a durar hasta media hora.
Un dato curioso es que Mahler tomó el poema Die Auferstenhung de Klopstock y re-escribió los últimos versos.
La Tercera Sinfonía (1898) es la más larga de todas las obras compuestas por Mahler, llegando hasta los 100 minutos de duración.
La obra consta de 6 Movimientos, destacándose el 4 por ser La Canción de Medianoche, de la famosísima obra Así Hablaba Zaratustra de Friederich Nietzsche. No es de extrañar que su gran amigo, Richard Strauss escribiera su famosísimo poema sinfónico (con el mismo tema) al mismo tiempo (1896).
La Cuarta Sinfonía (1901) es la última de su primer ciclo de composición. Al igual que su Primera Sinfonía, incluye un poema folklórico alemán, que estaba destinado a la Tercera, pero Mahler decidió finalmente hacerle una sinfonía aparte (y todos se lo agradecemos).
En este año se da un cambio radical en su vida (ya contaba con 41 años) y conoció a Alma Schindler con (o contra) quien se casaría el año siguiente, dando inicio a su Trilogía mejor lograda (musicalmente hablando): la Quinta (1904), la Sexta (1906) y la Séptima Sinfonía (1908).
El 4 movimiento, Adagio, de la Sinfonía 5 no es solamente una de sus piezas más famosas, sino que es uno de los más famosos adagios escritos en todos los tiempos. Sin lugar a dudas, muestran la etapa de mayor felicidad del compositor.
Un dato chusco en la Sexta Sinfonia es que el autor siguió perfeccionando la partitura incluso hasta 5 minutos antes de la puesta en escena. Es una muestra de la inconformidad que Mahler tenía hasta con los menores detalles.
La Octava Sinfonía (1910) es su sinfonía más famosa. Llamada popularmente como La Sinfonía de los Mil (sin ser su título oficial) presenta extractos de la obra más famosa de Goethe: Fausto.
La Sinfonía 8 fue dedicada a su esposa Alma, en un período difícil para Mahler, sus dos hijas cayeron enfermas de manera simultánea (Fiebre Escarlata y Difteria), falleciendo una de ellas y además descubrió la infidelidad de su esposa, ante lo cual Mahler tuvo que solicitar el apoyo de Sigmund Freud para controlar su depresión (que dudo mucho que la haya superado, por su muy cercano fallecimiento). El día de hoy se estrena la película Mahler auf der Couch (Mahler en el Diván), recordando este momento tan intenso en la vida del compositor.
Llegando a un pacto del que no creo que Mahler se hubiese recuperado del todo con Alma, escribe su Novena Sinfonía (1912) llegando a lo que muchos consideramos el clímax de su composición.
Dejó una Décima Sinfonía inconclusa, que para 1926 fue terminada (15 años después del deceso de Mahler) donde se muestra claramente la composición del autor (en especial, en los primeros 2 movimientos) pero le falta ese trabajo de perfeccionamiento que es muy evidente en sus 9 sinfonías anteriores.
Por esta razón, muchos de los grandes directores de orquesta del siglo XX se reusaron a tocarla, al no considerarla como una obra seria de su repertorio… o por algo que Schoenberg llamó: La Maldición de las Nueve, haciendo referencia a la obra sinfónica de Beethoven, Schubert, Spohr, Bruckner y obviamente Mahler… se necesitó del gran compositor del siglo XX, Shostakovich, para romper la maldición impuesta por Beethoven, llegando a componer 15 sinfonías (un poco, bajo la presión de Stalin por demostrar la superioridad eslava frente a la gemana).
Esta publicación ya parece una obra mahleriana (como típicamente se dice)… pero lo importante es celebrar los 150 años de Mahler... para esto, que mejor que disfrutar de los maratones musicales que nos regaló, así como de la nueva obra cinematográfica.
Saludos.
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