Hoy se cumple ya un año (21ABR08) de la presentación de la última obra de Whitesnake: Good to Be Bad.
Ante la perspectiva de un año, se observa que dicha obra pasó “sin pena ni gloria”, totalmente desapercibida para todos.
Sin embargo, la obra es rescatable… si bien es cierto que ni siquiera se acerca a la talla de composición del Slide It In, o que lo actuales músicos tampoco están a la altura de Jon Lord, Adrian Vandenberg, Steve Vai, Cozy Powell, entre otros grandes genios que han engrosado las filas de Whitesnake, y ni que hablar de Ritchie Blackmore o Jimmy Page, con quienes David Coverdale ha compartido la composición, pero sin su grupo… también es cierto que es superior a sus primeros trabajos de los 70’s (sin considerar lo hecho en Deep Purple, obviamente).
La obra alcanzó la posición #5 en Inglaterra y consta de dos partes (bajo la edición de EEUU). En la primera parte, son piezas nuevas de estudio, mientras que la segunda son extractos de un concierto en Europa.
Definitivamente que la mejor pieza de las dos partes es la primera de la parte en vivo, donde se hace un popurri entre Burn y Stormbringer, ambas piezas de su época en Deep Purple.
Es interesante escuchar Burn, interpretado magistral y académicamente por Doug Aldrich, donde respecta estrictamente la partitura (algo que Blackmore jamás haría, dada su hambre por componer). A manera de intermezzo, se incluye la pieza de Stormbringer, que encaja muy bien después del requinto y previo a la última estrofa de Burn.
Los músicos que apoyan a Coverdale no son improvisados, pero tampoco son veteranos dentro de la música. En general son buenos talentos, pero nada extraordinario (observado en la composición), de donde destacan el guitarrista Doug Aldrich por sus participaciones anteriores con Dio o el baterista Chris Frazier, quien ha creado trabajos como solista con Steve Vai, tanto en creaciones propias teniendo a Steve Vai como músico de apoyo y viceversa.
La voz de Coverdale está definitivamente muy mermada, pero suena bien en piezas como Summer Rain, que recuerda mucho la composición de su última obra Restless Heart de hace 11 años.
La obra no va a ser un clásico dentro de la historia de la música, por lo que su 5 Lugar obtenido el año pasado refleja el nivel: Bueno para disfrutarlo, pero nada más.
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Ante la perspectiva de un año, se observa que dicha obra pasó “sin pena ni gloria”, totalmente desapercibida para todos.
Sin embargo, la obra es rescatable… si bien es cierto que ni siquiera se acerca a la talla de composición del Slide It In, o que lo actuales músicos tampoco están a la altura de Jon Lord, Adrian Vandenberg, Steve Vai, Cozy Powell, entre otros grandes genios que han engrosado las filas de Whitesnake, y ni que hablar de Ritchie Blackmore o Jimmy Page, con quienes David Coverdale ha compartido la composición, pero sin su grupo… también es cierto que es superior a sus primeros trabajos de los 70’s (sin considerar lo hecho en Deep Purple, obviamente).
La obra alcanzó la posición #5 en Inglaterra y consta de dos partes (bajo la edición de EEUU). En la primera parte, son piezas nuevas de estudio, mientras que la segunda son extractos de un concierto en Europa.
Definitivamente que la mejor pieza de las dos partes es la primera de la parte en vivo, donde se hace un popurri entre Burn y Stormbringer, ambas piezas de su época en Deep Purple.
Es interesante escuchar Burn, interpretado magistral y académicamente por Doug Aldrich, donde respecta estrictamente la partitura (algo que Blackmore jamás haría, dada su hambre por componer). A manera de intermezzo, se incluye la pieza de Stormbringer, que encaja muy bien después del requinto y previo a la última estrofa de Burn.
Los músicos que apoyan a Coverdale no son improvisados, pero tampoco son veteranos dentro de la música. En general son buenos talentos, pero nada extraordinario (observado en la composición), de donde destacan el guitarrista Doug Aldrich por sus participaciones anteriores con Dio o el baterista Chris Frazier, quien ha creado trabajos como solista con Steve Vai, tanto en creaciones propias teniendo a Steve Vai como músico de apoyo y viceversa.
La voz de Coverdale está definitivamente muy mermada, pero suena bien en piezas como Summer Rain, que recuerda mucho la composición de su última obra Restless Heart de hace 11 años.
La obra no va a ser un clásico dentro de la historia de la música, por lo que su 5 Lugar obtenido el año pasado refleja el nivel: Bueno para disfrutarlo, pero nada más.
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Estimado Chuy, qué tienes qué decirnos de la nueva obra de Yngwie Malmsteen?: PERPETUAL FLAME
ReplyDeleteA mi no me gusto pero pues no escribiré respecto a ésta.
Acabo de comprar un disco de Def Leppard: Rock of Ages, está perron, es una recopilación.
Hace casi dos meses (10MAR09) se presentó la última obra de Yngwie: Angels of Love, una compilación de algunas de sus piezas con muy bella composición… desconozco si son simplemente recopilaciones de sus obras pasadas o las volvió a grabar con algún valor agregado… supongo que es un buen tema de investigación.
ReplyDeleteAl igual que la obra de Angels of Love, su última creación (Perpetual Flame) no la he podido conseguir… la semana próxima salgo de este país oscurantista en el que vivo para ir a Perth (la tierra de Bon Scott), donde espero poder conseguir música “contemporánea” y así poder disfrutar mi estancia en el Océano Índico, ya que voy a estar todo MAY09 por allá.
¡No sabes como extraño la civilización!
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