Al hijo,
Es un día, parecen mil,
todavía mi pensamiento
extraña tu risa infantil,
extraña ver tu crecimiento.
Al otro hijo,
Mientras los exámenes ocupan tu mente,
mi lucha contra el fuego me mantiene lejos,
día con día, el tiempo es insuficiente
para jugar, correr... saltar como conejos.
Me encuentro lejos, sin tu tierna mirada,
te encuentras lejos, sin tiempo ni reposo,
los dos buscamos consuelo en la almohada,
los dos hallamos el mismo sueño hermoso.
Saludos.
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