Ayer, 17SEP11, pasó a ser inmortal el legendario director alemán Kurt Sanderling, faltando 2 días para celebrar sus 99 años de vida.
Sanderling fue una de las más grandes batutas del siglo XX, una verdadera leyenda en vida. En 1936, dejó su natal Alemania (dado que fue judío) para colaborar en la Orquesta Sinfónica de Radio Moscú, donde conocería a su gran amigo Dmitri Shostakovich. Debido a esta relación, Sanderling se convertiría en el mejor difusor de la obra del compositor soviético, en particular la Sinfonía 15, opus 141 (su última sinfonía, escrita en 1971), sería completamente suya.
A partir de 1939, dirigiría por un breve lapso la Orquesta Filarmónica de Járkov, en Ucrania, pero regresaría a Rusia en 1942 para unirse a la más longeva y tradicional sinfónica rusa, la Orquesta Filarmónica de Leningrado (hoy conocida con su nombre original: de San Petersburgo).
Después de 24 años en tierras rusas, por fin pudo regresar a su patria en 1960, para dirigir la famosísima Orquesta Sinfónica de Berlín durante 17 años más (hasta 1977), así como la Orquesta Estatal Sajona de Dresde (1964 a 1967).
A partir de 1980 dirigió toda orquesta importante del mundo, dada su especial sensibilidad para Shostakovich, su gran maestría para los grandes sinfónicos teutones como Beethoven, Brahms, Bruckner y Mahler, pero sobre todo, por su especial potencia para el gran Tchaikovsky, al cual le daba un toque germano.
A finales de los 70´s, grabó la Sinfonía 10 de Gustav Mahler, en la segunda versión de Cooke; versión alterada por el propio Sanderling. Es muy probable que sea la mejor versión jamás ejecutada.
Un dato personal: hace 25 años tuve la fortuna de adquirir el tercer CD de mi acervo, el cual corresponde a este gran maestro, donde interpreta música rusa. En aquella época (mediados de los 80´s), conseguir buena música era toda una hazaña; en un mundo sin las comunicaciones como hoy, se necesitaba de héroes que al viajar compartieran los tesoros obtenidos en tierras lejanas. Ése fue el caso de mi tercer CD, para adquirir música hecha en Rusia había que viajar a la misteriosa y entonces distante Unión Soviética. Además de la clínica musical per se, este CD tuvo durante muchos años un aprecio muy especial.
Como ese CD, su interpretación seguirá siendo una cátedra para todo aquel que tenga la fortuna de escuchar su legado.
Adiós al gran Kurt Sanderling.
Saludos.
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