Un poco tarde (108 años de retraso), pero por fin se me hizo leer este gran clásico de la literatura por H. G. Wells, durante esta semana en la Ciudad de los Palacios, mientras hacía antesala entre las Embajadas de China y Australia.
Además de lo interesante de la novela, la forma en que Wells desarrolla la trama y las cartas finales del Dr. Cavor (recurso literario que el autor siempre utiliza en sus novelas para hacer partícipe al lector de su pensamiento), cabe destacar una idea ingeniosa: la Cavorita.
Durante el siglo XIX se dio la brillante unificación de la Electricidad y el Magnetismo en Radiación Electromagnética, entonces la comunidad científica se preguntó: ¿porqué no unificar toda la energía bajo un mismo campo de interacciones: GUT (Grand Unification Theory)?… iniciativa de mucha especulación durante el siglo XX y sin resultados que convenzan a la mayoría.
Dentro de este escenario se desarrolla la novela. Si la materia presenta Absorbencia (a), Reflectancia (r) y Transmitancia (t) para la Energía Electromagnética (donde la suma de las tres da la unidad, representando cada una de ellas un porcentaje del total de energía recibida por la materia en cuestión), entonces, porqué no presentar características análogas para otras manifestaciones de la energía… como la Gravitacional.
Si un cuerpo tiene t = 1, entonces el cuerpo es transparente o translúcido. Por otro lado, si un cuerpo tiene t = 0, entonces será opaco. La propuesta de Wells es crear un material “opaco” a la energía gravitatoria, luego entonces lo que se encuentre en el extremo opuesto a un campo gravitatorio no tendrá interacción con el mismo y se someterá a atracción gravitatoria de otros campos diferentes… traducido la anterior al castellano es: Levitación. En su novela, el Dr. Cavor desarrolla este material utilizando una aleación de diversos metales con helio y lo nombra Cavorita.
Para manipular el efecto y poder desplazarse, crea una Esfera de Cavorita, donde regula el movimiento de su “nave” acorde a la activación de celdas de cavorita en su derredor.
La novela sigue siendo interesante y altamente recomendable para esos espacios de recreo… tan comunes cuando uno hace antesala.
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Además de lo interesante de la novela, la forma en que Wells desarrolla la trama y las cartas finales del Dr. Cavor (recurso literario que el autor siempre utiliza en sus novelas para hacer partícipe al lector de su pensamiento), cabe destacar una idea ingeniosa: la Cavorita.
Durante el siglo XIX se dio la brillante unificación de la Electricidad y el Magnetismo en Radiación Electromagnética, entonces la comunidad científica se preguntó: ¿porqué no unificar toda la energía bajo un mismo campo de interacciones: GUT (Grand Unification Theory)?… iniciativa de mucha especulación durante el siglo XX y sin resultados que convenzan a la mayoría.
Dentro de este escenario se desarrolla la novela. Si la materia presenta Absorbencia (a), Reflectancia (r) y Transmitancia (t) para la Energía Electromagnética (donde la suma de las tres da la unidad, representando cada una de ellas un porcentaje del total de energía recibida por la materia en cuestión), entonces, porqué no presentar características análogas para otras manifestaciones de la energía… como la Gravitacional.
Si un cuerpo tiene t = 1, entonces el cuerpo es transparente o translúcido. Por otro lado, si un cuerpo tiene t = 0, entonces será opaco. La propuesta de Wells es crear un material “opaco” a la energía gravitatoria, luego entonces lo que se encuentre en el extremo opuesto a un campo gravitatorio no tendrá interacción con el mismo y se someterá a atracción gravitatoria de otros campos diferentes… traducido la anterior al castellano es: Levitación. En su novela, el Dr. Cavor desarrolla este material utilizando una aleación de diversos metales con helio y lo nombra Cavorita.
Para manipular el efecto y poder desplazarse, crea una Esfera de Cavorita, donde regula el movimiento de su “nave” acorde a la activación de celdas de cavorita en su derredor.
La novela sigue siendo interesante y altamente recomendable para esos espacios de recreo… tan comunes cuando uno hace antesala.
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