El pasado domingo
-3JUN12- se cumplieron 25 años de la irreparable partida del maestro de
maestros en la guitarra: Andrés Segovia Torres.
La historia de la
guitarra bien puede separarse en dos tiempos: Antes de Segovia y Después de
Segovia… 1907 podría considerarse como el año de su cambio de era.
Antes de Segovia, la
guitarra era considerada como un instrumento “plebeyo”, nada serio para
composición o interpretación.
Músicos tan
trascendentes, como el caso de Nicolo Paganini, se aventuraron a componer música para guitarra
(instrumento favorito del italiano), pero ni siquiera la grandeza y popularidad de dichos genios fue capaz
de lograr el cambio de su imagen; algo que Segovia sí lograría.
A pesar de haber
nacido en Linares, Segovia tuvo su formación en Granada, donde aprendió la
técnica del instrumento, gracias a la gran influencia de la música flamenca en dicha ciudad. De hecho, su formación profesional ocurrió en el Instituto de Música de
Granada.
Para 1907 (a sus
apenas 14 años y dando inicio el Después de Segovia) realizó su primer concierto en Granada, donde propuso
adaptaciones de Tárrega & Bach, causando una verdadera revolución entre los
afortunados testigos… aunque él mencionó que no tenía una guitarra adecuada
para lograr el sonido que buscaba.
A partir de entonces,
su fama comenzó a crecer como un gran virtuoso; un detalle curioso es que los
principales lauderos de España le proponían guitarras para su consideración; al igual que ocurre actualmente con muchos revisores, se le regalaba el instrumento revisado, siendo un honor para el artesano que Segovia aceptara.
Después de convertirse
en el sensor oficial de guitarras, comenzó a participar activamente en el diseño con los fabricantes,
buscando la mejora de la calidad en el sonido (amplificación y nitidez). Después de una experimentación intensa, se mejoró el tipo de madera,
se modificó la forma de la guitarra y se propusieron cuerdas con un nuevo
material: el nylon.
Las cuerdas de nylon
(impulsadas intensamente por Segovia), le dieron a la guitarra un mejor sonido
en sus notas bajas… con la pérdida de brillantez en las cuerdas agudas, algo
siempre objetado por la mayoría de los guitarristas.
Recuerdo como en los 70's, muchos guitarristas de MTY hacíamos mezclas en el material para las cuerdas: las agudas hechas de acero y las graves hechas de nylon (algunos despistados lo hacían al revés). Sin embargo, dicha moda se perdió, ya que los fabricantes de cuerdas mejorarían notablemente el sonido en ambos materiales durante las siguientes décadas. Sin embargo,aún sigue siendo una disputa interesante.
En la interpretación,
fue Segovia quien propuso la técnica de sujeción del pulgar en el mástil
(técnica muy popular entre todos los que nos atrevemos a rasgar en forma seria la
guitarra).
Otra importante
aportación fue la posición de la mano al rasgar, incrementando sustancialmente el
matiz del sonido.
Para los 20’s, su fama
ya había traspasado Europa. Los mejores compositores de la época en América, Manuel
María Ponce (MEX) y Heitor Villalobos (BRA), realizaron grandes composiciones dedicadas precisamente para la interpretación de Segovia.
Al recrudecerse la
guerra civil española en los 30’s, Segovia abandona el país, para radicar en
Uruguay (1937 – 1946) y posteriormente vivir en EEUU.
El famosísimo
Concierto para Aranjuez (1939) de Joaquín Rodrigo fue dedicado al guitarrista
Regino Sainz de la Maza, dado que Segovia había abandonado España en un momento
difícil para su país. Segovia nunca escondió su malestar por dicha dedicatoria, lo cual fue compensado por Rodrigo con una obra aún mejor en 1954: Fantasía
para un Gentil Hombre, donde el “gentil hombre” es justamente Segovia.
Entre sus arreglos más
famosos, se tiene la transcripción en 1962 de la música de Isaac Albéniz, del
piano a la guitarra, en particular la pieza de Asturias es obligatoria en el repertorio de cualquier guitarrista. En 1968, Robby Krieger haría una variación muy interesante a la adaptación de Segovia, intitulada Spanish Caravan (donde Jim Morrison incluiría versos de Lord Byron) para la obra Waiting for the Sun, de The Doors.
A partir de su
voluntario exilio, Segovia se convirtió en formador de guitarristas. Entre sus
pupilos más famosos se tienen al australiano John Williams, el británico Julian
Bream y el español Narciso Yerpes, entre muchos otros.
Su obra es vasta,
donde muestran arreglos para la música clásica, así como música popular
española y mexicana. Un detalle interesante es el hecho que Segovia siempre reconoció
su gran admiración por el guitarrista mexicano Antonio Bribiesca, su
contemporáneo y el mejor difusor de la música popular mexicana.
Hace 3 años, durante
mis aventuras y andanzas por Australia, externé mi queja ante el desatendido a
Joaquín Rodrigo, que en la tierra de Williams fue toda una celebración. Ahora,
me es muy grato decir que con Segovia no pasó lo mismo: el XIII Festival Internacional
de Guitarra en MTY fue dedicado precisamente a este gran músico.
Andrés Segovia fue un verdadero
milagro para la música… y para todos nosotros.
Saludos.